Detente en los lugares que vale la pena echar un vistazo, pero no dudes en desviarte de los senderos establecidos, ya que este parque está lleno de bellezas, a la espera de ser descubiertas. Hacen falta un mínimo de dos días para explorar bien esta zona.
La bahía de Shark es, sencillamente, mágica, si te gustan los viajes de aventuras y descubrir la naturaleza. Fui a conocer una naturaleza que ignoraba que existía. Así, en la playa de Shell, me pareció ver una playa de arena de un blanco inmaculado. Pero mirando más de cerca, resultó que no era arena, sino conchas. Únicamente las conchas forman la singularidad de esta costa.
Después, en Hamelin Pool, pude admirar, desde una plataforma de madera, los estromatolitos, bio-sedimentos resultantes de una evolución de las bacterias de 2 mil millones de años, que contribuyeron a la aparición de la vida en la Tierra, liberando oxígeno en la atmósfera.
Por último, en Eagle Bluff, disfruté de las vistas: acantilados rojos y aguas turquesas.