Lugar excepcional, el Uluru es una cita ineludible de toda estancia en Australia. Símbolo del país, se olvida con demasiada frecuencia su importancia religiosa para los pueblos aborígenes Yankunytjatjara y Pitjantjatjara, que le profesan una auténtica veneración.
Aunque es posible realizar un ascenso al sitio, que se eleva a 350 metros, te conviene saber que es algo percibido por las tribus aborígenes como una ofensa, ya que se trata de un lugar sagrado. No obstante, yo pude admirar sus magníficas pinturas rupestres de miles de años de antigüedad.
Si es posible, te recomiendo que evites realizar la ida y vuelta en el mismo día desde Alice Springs (¡son más de mil kilómetros!), para quedarte un poco más de tiempo en el corazón del desierto y disfrutar de la magia de este lugar sin los numerosos turistas.
Ayers Rock, también llamado Uluru, su nombre aborigen , es un imprescindible de cualquier periplo australiano. Además de ser un lugar sagrado aborigen, es un lugar único en medio del desierto delante del que te quedarás mudo.
Te aconsejo visitarlo al atardecer o al amanecer. Yo he visto los dos y es un espectáculo magnífico, incluso si es muy turístico. Si vas al amanecer, después también es posible visitar la montaña sagrada a pie (unos 10 km), ¡pero es imperativo salir muy temprano para evitar el calor y un número importante de personas en el recorrido!
Durante la visita, podrás ver muchas pinturas aborígenes y aprender un poco más sobre está cultura. Algunas personas optan por escalar la montaña, yo no lo he hecho dado el carácter sagrado del lugar y el respeto que se le debe. Para mí, Uluru será uno de mis mejores recuerdos de este país.