El valle de Pati es considerado uno de los destinos más bonitos de Brasil y, según leí hace poco, incluso uno de los más bonitos del mundo (olvidé la fuente).
La travesía entera del valle (vale en portugués) dura varios días. Hay muchos itinerarios posibles saliendo de las principales ciudades de los alrededores del valle (normalmete, desde el pueblo de Guinea).
El recorrido tiene varias etapas: cascadas, acantilados y aldeas de tan solo un par de casuchas.
La travesía por el valle requiere un esfuerzo físico considerable, así que hay que estar en forma. Cada día, se recorren decenas de kilómetros a pie, bajo el calor, y sobre terrenos pedregosos y llenos de desniveles.
La sensación de estar apartado del mundo forma parte de la experiencia.
Vale do Paties uno de mis recuerdos más bonitos de este viaje. Allí, el espectáculo es increíble. Vastas llanuras, montañas, cascadas, una cueva que atrae a los visitantes con su inmensa energía... y yo que pensaba que el Feng Shui había nacido en China!
La excursión dura entre 3 y 5 días, o más si quieres alargarlo. Puedes acampar o alojarte en una casa particular. Esta opción es muy abundante ya que los locales siempre están dispuestos a ganar algo de dinero extra, cosa no muy fácil en el lugar.
Aquí no hay posibilidad de acceso motorizado, la naturaleza es totalmente virgen. La vegetación es increíble, con un rango de colores maravilloso. El paisaje es inmenso y hermoso. No esperes ver animales exóticos, excepto quizá algunos insectos demasiado grandes para mi gusto. Aquí, el paisaje tiene el protagonismo. Si por lo que sea te pierdes la luna llena, verás no obstante que el cielo brilla lleno de estrellas.
Para mí, este es uno de los puntos clave en un viaje a Brasil. El único inconveniente es que el acceso es un poco complicado. Pero al mismo tiempo, es el aislamiento del lugar el que le da ese toque característico.