Durante tu viaje a Brasil, te darás cuenta de que las playas más bonitas están al norte del país. Sin embargo, la franja costera a caballo entre los estados de Río de Janeiro y São Paulo, la Costa Verde,, está llena de playas preciosas donde te esperarán un montón de aventuras acuáticas.
El estado de São Paulo no es conocido especialmente por sus playas, pero merece la pena visitar la isla de Ilha Bela si estás por la región.
En cuanto al estado de Río, tiene menos playas bonitas. En la región, me encantaron Paraty (sobre todo la playa de Trinidad) e Ilha Grande (Lopes Mendes te dejará con la boca abierta).
Si quieres pasear de playa en playa por toda la Costa Verde, es muy fácil en autobús. Sin embargo, como algunas playas están aisladas y cuesta acceder a ellas en transporte público, el coche es más cómodo.
Qué difícil, no caer rendido ante a la belleza de la Costa Verde... Las carreteras empinadas que bajan hasta el mar y la exuberancia del área protegida de bosque atlántico dan ganas de parar cada dos por tres y desenvainar la cámara ante unas vistas tan espectaculares. Lo malo es que en la carretera no hay muchos sitios donde parar.
Si vas a la Costa Verde, no te puedes perder dos visitas: Paraty e Isla Grande. Isla Grande es un auténtico paraíso terrenal. Es perfecta para bucear y para descubrir playas: ¡hay por lo menos un centenar! Una de las más bonitas que conozco en Brasil es la de Lopes Mendes. Una forma que me encanta de explorar la isla es lanzarme por cualquiera de los senderos que hay para pasear. En cuanto a Paraty, es una ciudad pequeña y muy turística, pero excepcional. Tiene un centro histórico muy bien conservado. Las casas coloniales con balcones de hierro forjado se han beneficiado de excelentes trabajos de restauración. También es un punto de salida perfecto para hacer paseos en barco. ¡Siempre hay un montón esperándote en el puerto!
Para organizarte, ten en cuenta que en hacer cien kilómetros por la carretera BR101 (que une Río con Santos) puedes tardar más de dos horas. No planifiques etapas muy largas para poder apreciar plenamente las maravillas de la región.