Fortaleza es (para los turistas) una ciudad de fiesta y descanso. ¡La caipiriña está por todas partes en los barrios turísticos bañados por el océano, mientras que en los barrios más populares, cualquier cosa supone una buena excusa para compartir un vaso de cachaza acompañado de una brocheta de pollo!
El tráfico de la ciudad es bastante caótico, pero en buggy, merece la pena recorrer los alrededores de Fortaleza. En la carretera de Caponga, descubrí el encanto del paisaje semiárido de la Caatinga, los manglares y la maravillosa costa virgen de Ceará, con sus dunas y lagunas. ¡Fortaleza da la bienvenida a todo aquel que busque un viaje de descanso! Un lugar para disfrutar del sol y del mar.
Al final de la tarde, caminando a lo largo del paseo de Beir A Mar quizás te topes como yo con el mercado artesanal de “Praia do Meireles”, que tiene lugar cada noche en la costa. Ideal para encontrar souvenirs y todo tipo de objetos. ¡Ve y descúbrelo!
Mi último consejo es una visita gastronómica que gustará especialmente a los más carnívoros: el restaurante “Sal e Brasa”. ¡Si lo deseas, podrás degustar una carne asada realmente deliciosa y la mejor caipiriña de la ciudad, todo ello a unos precios irrisorios!
La mayoría de las capitales federales de Brasil tienen, en mi opinión, un interés bajo o casi nulo para el turista que está de vacaciones por Brasil. Pues Fortaleza es una de esas ciudades que carecen de interés. Habrá mucha gente que no esté de acuerdo conmigo, pero el alma de Brasil está en las ciudades pequeñas, en los pueblos y, sobre todo, en las maravillas de la naturaleza.
Pero hay que pasar por Fortaleza forzosamente para llegar hasta las playas idílicas de los alrededores, especialmente Jericoacoara o Canoa Quebrada.
Las playas del centro (Iracema y Praia do Futuro) son aceptables, pero pasa como en todas las grandes ciudades de Brasil: que hay muchos robos a los turistas.
En resumen, si estás por allí e insistes en dar una vuelta por la ciudad, adelante. Pero dedicarle más de un par de horas sería una perfecta pérdida de tiempo.
Fortaleza es, ante todo, una ciudad muy moderna y con una gran vida nocturna.
Durante mi escala allí, di una vuelta por la zona centro. Sus calles son animadas y están repletas de tiendecitas. Tuve la ocasión de visitar una exposición sobre la cultura tradicional de Ceará en el Centro de Arte. Es un edificio que incluye todo lo relacionado con el arte, lo que permite su difusión. Después, visité el teatro José de Alencar, uno de los pocos edificios construidos en 1910.
A continuación, me dirigí a la oficina de turismo porque quería hacer una excursión en barco (al día siguiente) por el río Cocó, en el parque ecológico. Gracias al guía, disfruté mucho y descubrí un montón de cosas que no habría visto sin él. Después, di un paseo por la avenida que bordea el mar hasta la Praia de Iracema para contemplar la puesta de sol sobre el mar.