Descubrir la cultura del reino de Suazilandia

El reino de Suazilandia, pequeño país enclavado en Sudáfrica, merece de verdad que dediques unos días a adentrarte por completo en él, idealmente durante el invierno austral (entre marzo y octubre). Suazilandia es un país lleno de colinas, llanuras y montañas, en el que resulta agradable practicar senderismo, ciclismo de montaña o ráfting.

Este pequeño país permite realizar una amplia variedad de actividades, como observar la fauna (rinocerontes negros incluidos) y la flora en el parque Mkhaya Game Reserve (al este) en un safari en 4x4. También es posible disfrutar de un safari original a caballo o en bicicleta de montaña en pleno centro de la reserva Mlilwane Wildlife Sanctuary.

Para vivir una aventura aún más cargada de adrenalina, prueba el ráfting en el gran río Usutu.

Los amantes del senderismo pueden tomar una de las numerosas rutas que recorren las reservas naturales y salvajes de Malolotja Nature Reserve, en el noroeste del país.

La red de carreteras está en buenas condiciones, lo que te facilitará los desplazamientos. Sin duda te rendirás al encanto de los magníficos paisajes que cruzarás. Además, Suazilandia cuenta con una amplia selección de cómodos alojamientos rodeados de naturaleza. ¿Estás dispuesto a probar la experiencia de dormir en una cabaña tradicional, llamada «beehive» (colmena) en el corazón de la reserva de Milwane?

El reino de Suazilandia tiene otra gran virtud: su riqueza cultural. Con sus ceremonias y festejos (como la famosa danza de los juncos o el Marula Festival) que tienen lugar a lo largo del año y su abundante y variada artesanía, ¡Suazilandia no deja nunca de sorprender!

Descubre los mercados artesanales que bordean las carreteras de los valles de Malkerns o Ezulwini. Podrás conocer a artesanos locales y descubrir una amplia gama de objetos y artículos de recuerdo: telas, esculturas de madera, tapices, candelas, etc.

También puedes vivir otra gran experiencia humana si te alojas en una aldea suazi. Podrás participar en diversas actividades, como plantar y recolectar verduras en un pequeño huerto o asistir a una clase de cocina. Son ocasiones perfectas para conocer en primera persona a los habitantes y contribuir al desarrollo de la economía local.