Organizada en torno al oscilante río Danubio, Hungría no es un país conocido por la majestuosidad de sus paisajes o por la grandiosidad de sus montañas. Por el contario, es más bien por la tranquilidad de su modo de vida, por un universo apacible en donde la existencia se saborea con un vaso de vino local o con uno de sus numerosos platos que hacen la boca agua a los amantes de la gastronomía. Pequeña en tamaño aunque grande en variedad, Budapest, la hermosa capital de la rivera volcánica del Balatón. Una escapada a Hungría es una oda a la dulzura, al placer y a una forma epicúrea de viajar que hará las delicias de aquellos que busquen un destino diferente sin marcharse demasiado lejos, interesante sin ser perturbadora, y sobre todo, es un lugar al que siempre dan ganas de regresar. Será como lo dicen los locales Üdvözöljük Magyarországon (¡Bienvenidos a Hungría!).
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