
Ir de viaje a Laos, supone encontrarse con una población que puede parecer reservada y tímida al principio, pero resulta increíblemente hospitalaria, tan pronto como se rompe el hielo. En este país todavía pintoresco y auténtico, deberás seguir ciertas normas de cortesía, importantes para los laosianos.
Laos no ha sido realmente popular entre los turistas hasta hace poco tiempo. Los laosianos están todavía marcados por sus tradiciones y tendrás que respetar algunas reglas básicas para no ofenderles.
Al igual que por toda Asía, está mal visto alterarse y perder la calma en público. No hagas nada que no te atreverías a hacer en tu casa, los laosianos son muy discretos y no les gustan los comportamientos extrovertidos. Esto implica también vestir con decoro. Las mujeres no deben enseñar la espalda, los hombros ni las piernas y los hombres, el torso. Para todos, las ropas largas son imprescindibles para visitar los templos religiosos.
En Laos, no se debe tocar nunca la cabeza de una persona, ni tampoco de los elefantes. Está considerada una parte sagrada del cuerpo.
Las parejas no deben realizar muestras efusivas de afecto en público. No se hace nunca.
En los pueblos, es conveniente respetar estas reglas aún más. Tendrás que saludar siempre al jefe de la aldea antes de comenzar la visita, decir hola a a todas las personas con las que te cruces y pedir permiso antes de hacer alguna foto. De forma general, no hagas nada que pueda sorprender, ya sea en tu atuendo o en tu comportamiento.
Aunque Laos sigue al margen del turismo de masas, el fenómeno de la mendicidad comienza a desarrollarse gradualmente en las principales ciudades, en los lugares turísticos y en los pueblos. Es ahora, cuando el problema aún no está extendido por el país, cuando tenemos que actuar no fomentando la mendicidad. En su lugar, puedes dar un bolígrafo a un niño. Opta por regalar materiales educativos directamente a los directores de las escuelas, que los repartirán de acuerdo a las necesidades. En lugar de dar dinero a un mendigo, haz donaciones a las ssociaciones que ya trabajan en el país. Por último, si dispones de medicamentos o tiritas, las clínicas y hospitales estarán encantados de recibirlos.