Son los vestigios arquitecturales portugueses los que han permitido a la isla de Mozambique su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco en 1991. Desde entonces, hay algunos turistas que viajan hasta aquí, pero son tan poco numerosos que la isla conserva todo su encanto. ¡Una verdadera pequeña joya que tienes que ver durante tu viaje por Mozambique!
Una encrucijada de culturas y civilizaciones
Cuando los navegadores portugueses atracaron en este lugar, a finales del siglo XV, la pequeña isla (3 km de largo ¡por apenas 500 m de ancho!) se encontraba habitada por pueblos suajilis y árabes, bajo la protección del sultán Mussa Mbiki (que dio su nombre a Mozambique). Aprovechando su situación ideal en plena costa de Nampula, en el canal de Mozambique, sobre las principales rutas comerciales hacia las Indias orientales, los portugueses se instalaron y fundaron un emporio.
Construyeron la pequeña capilla blanca de Nessa Senhora de Baluarte, que aún sigue en pie en la actualidad, frente al mar, así como un fuerte y varias casas de comercio y viviendas de admirable arquitectura. Caminar por las callejuelas contemplando las bonitas fachadas de otros tiempos supuso para mí un momento especialmente agradable.
Una indolencia contagiosa
En la isla de Mozambique, Ilha do Moçambique en portugués, las influencias culturales del mestizaje son todavía perceptibles: de la mezquita a la iglesia o al pequeño templo hindú. Pero los habitantes viven sobre todo al ritmo de los retornos de los pescadores, actividad principal de la isla, que da de comer a la mayor parte de la población. Es imprescindible que te encuentres en la playa en el momento en que las piraguas ganen la costa cargadas con sus capturas (sardinas, meros, atunes y gambas), que alimentarán a todas las familias.
La languidez e indolencia de este lugar son contagiosas; seguro que te dejas llevar. Junto a los esfuerzos de conservación por parte de los distintos actores locales -las autoridades religiosas y administrativas, algunos expatriados amantes de la isla, las familias de pescadores- bastan para preservar este remanso de paz...
