El emplazamiento de Sacsayhuamán domina la ciudad de Cuzco. Desde ahí arriba, el decorado está formado por murallas de piedras colosales. Cuando vi esos enormes fragmentos de roca que medían 10 veces más que yo, no me lo podía creer. Pero, ¿cómo han podido llegar hasta ahí?
El misterio y la admiración que rodean a las construcciones incas se basa justo en eso. En la capacidad que tuvo esta gran civilización de desarrollar sistemas y conocimientos de tal envergadura para ampliar su imperio. Además, la UNESCO la añadió a la lista de Patrimonio Mundial en 1983.
¿Sabías que este método de los incas para construir sin cemento era un excelente método para prevenir derrumbamientos durante los terremotos? Perú es una zona de fuerte actividad sísmica. Cuando los españoles llegaron a Perú, destruyeron todo lo que hacía referencia a la civilización anterior para reconstruirlo a su manera Lo que no previeron, al contrario que los incas, es precisamente esa sensibilidad sísmica. En cuanto hubo un terremoto, la Madre Naturaleza redujo sus construcciones a la nada.
Algunos dicen que cuando los incas vinieron a conquistar Cusco, reconstruyeron la ciudad dándole la forma de un puma. El sitio de Sacsayhuaman habría sido construido en las colinas para dar forma a la cabeza de dicho animal. Los colonos, al ver su situación geográfica creyeron que se trataba de una fortaleza militar, pero hoy día los expertos están de acuerdo en decir que en realidad se trataba de un templo religioso.
Hecho este paréntesis histórico,Sacsayhuaman es una visita imprescindible en tu viaje si estás buscando ciudades perdidas. Teniendo en cuenta su fácil acceso desde el epicentro turístico del región (y del país), Cusco, puede que se ecuentre bastante concurrido. Pero eso no importa mucho, la visita es realmente impresionante: piedras colosales talladas perfectamente y colocadas unas sobre otras, los misterios que la rodean la sitúan en un entorno maravilloso... me encantó. La vista de la ciudad es también fantástica. Si estás por ahí en junio, podrás celebrar el Inti Raymi o solsticio inca (el 24 de junio y no el 21) con un espectáculo muy popular. Quien no lo haya visto no puede opinar.