No hay mucho que ver en la ciudad, pero Puerto Maldonado es el lugar perfecto para visitar la selva amazónica.. La ciudad está idealmente situada para los que tienen poco tiempo en su viaje, porque permite evitar las largas horas de trayecto para dirigirse al norte del país y acceder al Amazonas.
Puedes hacer diferentes tipos de excursiones en el bosque, pues hay para todos los gustos: accrobranche por las ramas de los árboles, canoa o kayak en el río o bien un día en pleno bosque con un guía. Yo,opté por pasar unos días en la reserva de Tambopata, a la que se puede llegar desde la ciudad en barco. ¡Reservado para los aventureros !
Pequeñas cabañas de madera en la selva en la ribera del río, con electricidad solo a algunas horas del día, comida servida en hojas de plátano: ¡es espartano y muy bueno! Esto permite disfrutar del magnífico espectáculo que nos ofrece la naturaleza. Excursiones en el bosque, descubrimiento de la fauna y de la flora, observación de los bailes de los lobos de madrugada, una vuelta en barco por el lago en la puesta de sol o bien una salida nocturna para disfrutar de los sonidos de la noche.... Uno de mis mejores recuerdos de Perú.
Vale la pena ir a Puerto Maldonado. Si lo haces como yo, puedes llegar por tierra desde Cusco, aunque si lo prefieres puedes ir en avión. En resumen, el viaje por la noche es agotador: una carretera llena de curvas, te recomiendo no comer nada, un autobús viejo considerando las condiciones de la carretera, y sin baños (dos paradas para hacer pipi en mitad del asfalto: señoritas, pensad en llevar una falda larga). La ventaja evidente de un trayecto así es la sensación de partir hacia una aventura.
Como sucede con todas las ciudades en la selva, surge una atmósfera especial, como de otro tiempo. Por supuesto, la musica ambiental de cumbia y reguetón aparece como una llamada de atención: "¡ah! sí estoy en Perú".
El centro es pequeño y agradable. Aquí tendrás la posibilidad de conocer tres parques nacionales diferentes. Personalmente elegí la hermosa reserva de Tombopata. Piragua, observación de fauna y flora, salida nocturna por la selva, fue genial.
Pero lo que más me sorprendió del lugar fue la amabilidad de la gente, en especial los "peque peque" (barcos) que hacen paradas en las orillas de los ríos para dejarte donde te apetezca. Tuve la ocasión de conocer el Amazonas a través de varios puntos de entrada. Y si alguna vez incluyes la selva en tu itinerario por Perú, te recomiendo elegir esta parte de la Amazonía.