Entre las increíbles maravillas de Europa Central, a menudo desconocidas para los viajeros españoles, destaca la República Checa, una de las perlas incontestables de la región. Del millar de lugares y monumentos clasificados como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, no menos de una docena se encuentran en la República Checa, lo cual es significativo, teniendo en cuenta que este país es unas cinco veces más pequeño que España, tanto en superficie como en población. La República Checa debe esta riqueza a su emplazamiento, en un cruce de caminos entre las potentes influencias eslava y germánica, lo que le ha llevado a vivir, a lo largo de los siglos, una historia agitada y a menudo trágica. En la actualidad, merece la pena no fijarse únicamente en la capital, Praga (cuya belleza romántica atrae, merecidamente, a turistas provenientes de todo el mundo), sino también descubrir los tesoros que ofrecen las innumerables encantadoras ciudades de Bohemia y Moravia, como Český Krumlov, Kutná Hora o Slavonice.