No obstante, siempre hay épocas en las que se pueden obtener algunos beneficios. Por ello, si hablamos en términos absolutos, los mejores meses para acudir a esta zona de la península italiana son el final de la primavera y el principio del otoño.
Los meses de mayo y junio, así como los de septiembre y octubre son tremendamente aconsejables. Los motivos son varios, y es que, en primer lugar, es cuando encontrarás menores aglomeraciones. Estas se dan especialmente en los meses centrales del verano, así que si viajas en otras fechas, podrás evitarlas. Eso sí, aunque viajes en pleno verano, tienes opciones de espacios poco conocidos, en los que no tendrás que estar pendiente de las aglomeraciones. Por otro lado, en los meses mencionados, las temperaturas medias oscilan en torno a los 20 o 25 grados. Esto significa que, aunque no sea verano, podrás disfrutar del aire libre e incluso ir a la playa en los días en los que haga más calor.
Ahora bien, estas indicaciones son las que debes tener en cuenta para ir a visitar el sur de Italia concentrándote en los monumentos y las ciudades de la zona. Dependiendo de qué actividades quieras hacer durante el viaje, las mejor época para viajar pueda cambiar.
En este sentido, si tu estancia está plenamente enfocada a disfrutar del mar y de actividades como el windsurf o el esnórquel, que son muy populares en todo el sur de Italia, entonces lo mejor que puedes hacer es viajar en los meses de verano. A pesar de la temperatura suave en los meses de primavera y otoño, estar en la playa puede no ser del todo agradable. Sin embargo, julio y agosto te harán vivir la experiencia del sur de Italia con la mayor intensidad, ya que es cuando sus playas tienen las condiciones ideales para visitarlas. Además, no debes preocuparte por las multitudes. Es cierto que es cuando más viajeros y viajeras hay en esta zona, pero con un guía local de Evaneos vas a poder disfrutar de rincones poco conocidos que harán que tu estancia sea tranquila.