
Ciudad principal de la isla, Stonetown y los paseos por sus callejas tan típicas constituirán, sin ninguna duda, la ocasión de hacer los más hermosos descubrimientos durante tu viaje a Zanzíbar.
Llamada también Zanzíbar Town (Ciudad de Zanzíbar), hay en las callejas de Stonetown un ambiente, una atmósfera absolutamente única en su género. Sus tortuosas callejas hacen de esta ciudad del océano Índico un auténtico laberinto. Aprovecha tu viaje a Zanzíbar para perderte ahí, para mayor placer. El conjunto es tan hermoso que está incluso inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO y tendrás la ocasión durante un simple paseo de hacer mil descubrimientos, asistir a miles de escenas de vida.
Dale preferencia a los paseos matinales antes de que el calor lo llene todo. Si bien no tienes necesidad de prestar atención a los coches, que no pueden entrar en este batiburrillo de callejas, que eso no te impida tener cuidado con algunas bicicletas y motos que son las únicas que pueden colarse por aquí. Sucumbe a los encantos de sus callejas, de sus casas típicas y sus suntuosas puertas. Estas últimas están en su mayor parte maravillosamente esculpidas y trabajadas a mano. Debían ser hechas a imagen del propietario ya que, en otra época, en las casas de los comerciantes árabes, la puerta constituía el elemento más importante de la casa. Cuanto más bella y finamente trabajada, más rico era el comerciante. Estas casas míticas influyen sin duda mucho en esta atmósfera mística y mágica que se desprende de las callejas polvorientas.
Cuando el sol se acuesta y la penumbra reemplaza dulcemente la hermosa luz matinal, cuando la llamada del muecín resuena hasta en el último rincón de la vieja ciudad, el ambiente se vuelve aun más mágico. Como la electricidad no llega hasta las callejas más escondidas, algunos comerciantes instalan pequeños puestos que iluminan con una lámpara de queroseno para vender lo suficiente para poder tomar su comida de la noche.
Es también el momento ideal para salir de este laberinto tortuoso y dirigirse a la primera línea de mar. Allí, ¡la puesta de sol es digna de ver! Cuando el astro hace su gran inmersión cotidiana en el océano Índico, las piedras de la vieja ciudad parecen volverse mates y el cielo duda entre tonos que van del naranja al violeta. Es absolutamente magnífico. Haz entonces como los habitantes de Stonetown, paséate por los muelles, come en alguno de los numerosos puestos de comida y simplemente disfruta del momento. Al volver al hotel seguramente no reconocerás las callejas descubiertas a pleno día. Aprovecha para deambular de nuevo en este laberinto, piérdete más y más, huele una atmósfera siempre nueva, siempre mística, siempre mágica.