Florianopolis puede sorprender al principio. Parece tratarse de una pequeña isla, y en realidad es una gran ciudad con edificios altos. En realidad, a la Ilha Catarina, la parte insular, puede accederse por medio de un puente.
Deportes acuáticos y animada vida nocturna
Excelente etapa de vacaciones y descanso en mitad de un viaje por Brasil, Florianopolis puede explorarse a pie, en bicicleta, en autobús o en coche alquilado. Hay poca gente residiendo allí durante el año, salvo brasileños y turistas venidos del mundo entero para hacer surf. Te recomiendo que te hospedes cerca del lago, Lagao da Conceiçao, para desplazarte con facilidad a la Ilha Catarina y poder beneficiarte de los servicios de la comunidad.
Al este se encuentra Barra da Lagoa, la playa de mejores servicios y, con toda probabilidad, la más extensa. También goza de la mejor reputación entre los surfistas. Las aguas del mar son cálidas y bastante tranquilas. Al este se encuentra también Joaquina, mi preferida, rodeada de dunas que permiten hacer sandbord. Se puede hacer surf por la arena, lo cual no resulta sencillo, pero sí muy entretenido. Los novatos pueden optar por tumbarse sobre la plancha y deslizarse, en lugar de hacerlo de pie. La vista del mar es espléndida: conviene quedarse a contemplar el atardecer ya que uno puede creerse en el desierto ¡a pesar de que la carretera queda al lado! Praia do Campeche es una larga extensión de arena muy ventosa, con una mar agitada, perfecta para surferos intrépidos.
En los pubs de Florianopolis y en sus discotecas te soprenderá ver a tantas bonitas brasileñas con ganas de divertirse saliendo con hombres más mayores. Descubre las veladas foro, en las cuales se baila la famosa samba brasileña. Los pasos son difíciles, en todo caso... Los brasileños tienen el ritmo en la piel y se pegan mucho a las chicas. Se dice que estas piensan "sí" cuando dicen "no" cuando se les pide bailar. Quizá sea esta la razón por la cual los hombres no las entienden de primeras...
En busca del agua verde
Al contrario de lo que pueda parecer, la isla es grande. Necesitarás una semana para descubrir todo lo que ofrece a la par que descansas en ella. Para atravesarla de un extremo a otro hace falta un día. Las playas del sur de la isla tienen fama de ser más bonitas que las del norte. Cada sector tiene asignada una estación desde la cual salen los autobuses. A veces resulta necesario coger tres autobuses para llegar a una playa cercana. El coche no es mejor opción: la carretera de la costa no bordea la punta de la isla y ciertas playas tienen difícil acceso. ¡La ventaja es que estas playas son del todo salvajes!
Cada playa tiene su esencia. En las playas al sur de Florianopolis, en la costa Atlántica, se encuentra Pantano so Sul, situada en las orillas de un pueblo de pescadores. Es un lugar tranquilo, ya que se encuentra rodeado de montañas. Como indica su nombre, Do Naufragados merece mucho la pena: tras una excursión pedestre de 2 horas se llega hasta esta playa, situada a un extremo de la isla. Alrededor de Baia Sul podrás degustar las mejores ostras, dirigiéndote directamente a los pescadores.
Al norte pasa de largo por Jurerê Internacional (repleta de urbanizaciones) para llegar hasta Fortaleza Sao José da Ponta Grossa, una playa rocosa situada ante la salvaje Daniela y sus barcos.
Si quieres ver las verdes aguas translúcidas que anuncia laoficina de turismo, pon rumbo a la Ilha do Campeche, lugar maravilloso donde puedes hacer snorkel y contemplar así peces exóticos. Para ello tendrás que coger un barco en Armaçao, precioso lugar que también merece una visita, con una gran cantidad de colores diferentes y una larga franja de arena que se hunde en el agua. A tu vuelta, con suerte, quizá tengas la ocasión de poder ver los delfines.
