Santiago, situada en una depresión próxima a la cordillera de los Andes, es una metrópolis típica de Latinoamérica. Los rascacielos se mezclan con casas coloniales que le dan a la ciudad una arquitectura diversificada que se mueve entre la tradición y la modernidad. Es el antiguo virreinato de Perú. Actualmente, quedan en pie pocos edificios anteriores al siglo XIX, porque la capital chilena ha padecido numerosas invasiones y seísmos.
Se necesita tiempo para conocer y apreciar la ciudad Santiago. Entre los lugares de visita obligada encontramos: la Plaza de Armas y el Palacio de la Moneda (el palacio presidencial chileno) para aprender más sobre la historia del país; los barrios bohemios de Bellavista y Lastarria para beber un buen Pisco Sour o un Terremoto en una terraza; el Cerro de Santa Lucía para admirar la ciudad desde las alturas; la Chascona (la antigua morada del poeta Pablo Neruda) y muchos otros lugares...
Santiago es una ciudad agradable (si no hacemos mucho caso de la contaminación sonora y aérea) y constituye un buen punto de partida para descubrir el norte o el sur del país durante cualquier viaje por Chile,
Un 7 de enero llego a Santiago, mi primera etapa en Chile. Hace más de 30°C y todavía es de día a las 22 h. ¡La cosa empieza bien!
Tengo previsto pasar tres días en la capital chilena antes de salir a recorrer el resto del país. Me alojo en casa de Carmen, que me deja usar su sofá unas cuantas noches. No sé muy bien qué me espera. A priori Santiago no es una ciudad muy conocida. Me imagino una gran megalópolis sudamericana y con polución.
Durante el día, Carmen trabaja y yo me voy a explorar la ciudad. El centro no es el barrio más interesante, con sus calles comerciales, sus grandes torres de oficinas y sus innumerables obras. Sin embargo, existen otros barrios muy bonitos por los que da gusto pasearse: el barrio de Brasil, con sus obras de "street art" en las paredes y el parque Quinta Normal; el museo de la memoria y de los derechos humanos que retrata los años de la dictadura de Pinochet; el agradable, colorido y animado barrio de Bellavista, donde se puede visitar la casa-museo del poeta y escritor Pablo Neruda (una oportunidad más para aprender historia) o el cerro de San Cristóbal, un inmenso parque situado en lo alto de una colina a la que se accede mediante funicular y desde donde se puede contemplar toda la ciudad.
Me gustaría quedarme aquí más tiempo... ¡pero en Chile me esperan grandes lugares!
Santiago es una metrópolis inmensa,pero las vistas de la cordillera de los Andes y sus eternas nieves (al este) le aportan un precioso frescor a la ciudad y dan ganas de ir a ver qué hay más allá.
Hay muchas cosas bonitas para hacer en la ciudad a pesar de los problemas de contaminación y de tráfico que podamos esperarnos. En primer lugar, he visitado la colina denominada Cerro San Cristóbal, desde donde se contemplan unas maravillosas vistas de la ciudad y los Andes.
Me ha gustado mucho pasear por el barrio de Bellavista, que bien podría apodarse el «Montmartre chileno», y el museo de arte precolombino, uno de los más bonitos de Santiago. He descubierto muchos lugares maravillosos en este barrio. Los aficionados del arte moderno deben visitar obligatoriamente el museo al aire libre de San Miguel, dedicado al "Street Art".