
Pero, si de verdad buscas la época en la que la región de Bolonia brilla con luz propia, entonces te recomendamos que pienses hacer tu viaje entre julio y septiembre. El verano boloñés no es para nada exagerado en lo que a calor se refiere, aunque, eso sí, es la época en la que hay más gente en toda la región y en la que, por lo tanto, vas a tener que soportar mayores aglomeraciones. Por eso, no es para nada mala idea pensar en meses que tienen condiciones muy buenas y en los que los viajeros suelen estar menos presentes en los monumentos de la ciudad. Abril, mayo y octubre son un acierto en este sentido. Durante estos meses vas a poder disfrutar de unas temperaturas en torno a los 20 grados, aunque puede que las noches sean un poco más frías. Sin duda, es un clima ideal el de esta época para caminar por la ciudad, subir y bajar las colinas de Bolonia con una bicicleta e incluso perderte por parajes naturales cercanos para hacer senderismo.
Teniendo todo esto en cuenta, la primavera y todo el mes de octubre son los momentos en los que Bolonia muestra el equilibrio perfecto entre el número de visitantes que tiene y el buen tiempo necesario para disfrutar de la ciudad.
Los mejores lugares por descubrir.