La región de las cuatro mil islas es como un fértil remanso de paz donde el Mekong se escapa entre los centenares de islotes. En ciertas islas la actividad turística se ha desarrollado respetando la vida local tradicional.
De las cuatro mil islas, en realidad solo tres están habitadas y abiertas al viajero: las islas de Don Khong,Don Det y Don Khon. En estas islas, los laosianos viven en casas tradicionales, cultivan arroz en los arrozales y conviven con el turismo en armonía.
Desde Pakse es la primera isla, y también la más grande. Hay muchos saltos de agua, como las cataratas Khone Phapheng, con un caudal impresionante. Hay en la isla diecinueve pueblos, arrozales y campos de palma de azúcar. Es una zona que no ha cambiado nada ni se ha visto afectada por el turismo masivo.
Es más pequeña y tiene bastantes hoteles y casas de huéspedes. Estuvo habitada por los franceses durante la colonización. Algunas muestras de ello son el puente que la une con la isla de Don Det y las vías por donde llevaban las mercancías.
La isla de Don Khon es perfecta para senderistas y deportistas. Se pueden hacer rutas en bici o a pie. Pasas por varios pueblos tradicionales hasta llegar a las cataratas de Li Phi, ¡grandiosas! No son altas, pero es impresionante el flujo de agua, que se estrella contra rocas enormes y se precipita hacia el Mekong.
Claramente, la isla de Don Det es la más turística. Viniendo desde el sur, es la primera que se ve desde el barco. Cerca del puerto hay muchas casas de huéspedes baratas. Durante la temporada alta (entre noviembre y febrero) hay muchos mochileros que salen de fiesta por la noche.
De todas maneras, la isla es muy agradable. Hay sitios con paisajes preciosos a los que puedes llegar en bici o con una scooter de alquiler.