Intentaré hacer una valoración cronológica:
- Llegada al aeropuerto el día 3. Daniel nos esperaba en la zona de llegadas y nos acompañó hasta la furgoneta donde cargamos equipaje y nos dirijimos al hotel ****. Hicimos el check-in, dejamos las maletas en las habitaciones,pagamos el hotel en recepción (el hotel estaba reservado por la agencia, no pagado). Nos dirigimos a pie (4 min)hasta el restaurante ****, donde nos tenían un reservado para nosotros. La comida muy buena y abundante y además nos ofrecieron una ronda de vodkas. El trato amable y muy correcto.
- El día 4 teníamos concertada una visita a pié de 4 horas con guía por Cracovia, desde el barrio judío hacia el centro. A las 9 nos estaba esperando en la puerta del hotel tal y como estaba previsto. Nos indicó desde el principio que era una visita ambiciosa por la extensión y el tiempoa pié. El guía fué paciente y nos fué dando explicaciones durante todo el recorrido. Visitamos parte del Kazimierz, Wavel,Santa María terminando en la Plaza del mercado. Nos tomamos juntos una cerveza en una terraza cerca de la plaza. La visita fué muy productiva teniendo en cuenta lo dicho anteriormente. Quizás con un grupo más joven o con más 'ganas' podría haber sido de más provecho. El guía muy bien y su nivel de español bueno. Por recomendación suya, comimos en ****, no muy lejos de la plaza (comida por nuestra cuenta). Buena comida, el lugar muy acogedor incluyendo que nos cambiamos del patio interior al comedor porque hacía algo de frío. La tarde la pasamos dando una vuelta por otras zonas del centro y tomando un café en ****, lugar muy agradable con unas camareras muy amables. Teníamos cena concertada en ****, el comedor en que nos acomodaron, parecía destinadoa cenas concertadas, porque habían personas de otras nacionalidades. Nos pusieron en 2 mesas redondas más o menos unidas (algo incómodo) ynos sirvieron la cena sin alternativas. La comida era buena, pero no ha sido la mejor del viaje. Etuvo amenizada por un trío de musica Klezmer. Para mi gusto, demasiado 'turístico'.En otras estancias había gente local y parecía 'de trato diferente. Terminamos tomando un vodja en un pub cercano a la plaza Nowy.
-Al día siguiente, Daniel nos esperaba en la puerta del hotel (pero estaba desde antes)a las 08:30 para nuestra visita a Auschwitz.En larecepción tenían preparados picnics para todos según lo previsto. Los pagué en el momento (no se incluían en el presupuesto). A la llegada, Daniel me explicó como era el sistema de entrar en el museo, guía y el tiempo que teníamos para entrar. Todo fué muy bien, con un guía muy implicado y con un buen nivel de español. La visita, tanto a Auschwitz como a Birkenau, sobrecogedora por momentos y dura en general por lo que allí había sucedido. A la finalización, Daniel nos esperaba (había permanecido alli). Nos dió el tiempo para que comiéramos algo del picnic y tomamos el camino de vuelta. Le pregunté si nos podía dejar en la zona de la Barbacana en lugar del hotel y nos dijo que por supuesto. Visitamos el mercado local, con sus puestos de frutas, carne, charcutería...etc. Luego nos tomamos un café de camino al hotel. Por la noche, salimos por la zona de la Plaza Nowy, cenamos algo compartido en **** (comida más 'internacional'... los mejillones muy buenos) y finalizamos con unas copas en el pub ****.
-Al día siguiente Daniel, nos esperaba a las 10:30 para llevarnos a Wielicka a las minas de sal. Al llegar, me explicó como era el sistema de entrada y cuánto tiempo teníamos. La visita fué buena. Sorprendente y casi mágica en algunos de los lugares.Hicimos alguna compra allí mismo. A la salida nos dirigimos al parking donde Daniel nos esperaba. Yotenía concertada por mi cuenta una comida en **** en la orilla del Vístula con posterior paseo por el río. Daniel, de nuevo amablemente, nos llevó hasta el lugar en lugar de al hotel. Comida muy agradable por el lugar (el tiempo nos acompañó) y el paseo por el río... pues más o menos como en Sevilla o en Paris. Volvimos paseando al hotel previa parada para café en el camino. Por la noche (sin ganas de cenar por el cúmulo de comidas), nos encontramos con la terraza del Pub ****, en zona cercana al hotel... y terminamos sucumbiendo a la simpatía de Ola, con un español de acento gallego (novio gallego y estudios en Salamanca) y un humosr y un desparpajo...Al final cenamos y bebimos allí mismo. Ola acudía a nuestra mesa a darnos un ratito de charla y una risas... Sin buscarlo, fué una noche magnífica.
- El sábado teníamos concertada visita a Nova Huta y comida en Stylowa. Daniel (otra vez él a pesar de ser su día libre) nos llevó hasta el 'barrio' donde nos esperaba la guía. Hicimos trayectos en vehículo y otros a pié. Visitamso partes antiguas y nuevas del barrio y su iglesia. La 'sorpresa' fué que nos llevó a un barde leche como continuación de la visita y (supongo) en el afán de introducirnos en la forma de vida de la época socialista. Más allá de lo anecdótico y sin querer tener ninguna discusión con la guía... seguimos su propuesta, que a algunos del grupo no gustó en absoluto. Di mis quejas via e-mail a Beata (de agencia local) quien 'disculpó' a la guía en la idea de que ella nos 'propuso' esa alternativa. Realmente no hubo tal... nos dijo qe nos preparaba esa sorpresa y listo. No obstante, Beata se disculpó y nos resarció en Zakopane (aunqu no hiciéramos uso de la compensación).Despues de la experiencia, volvimos al hotel para descansar algo y por la tarde nos dirigimos al centro en taxi para un concierto de grupo de cámara de la Royal Chamber. Cuando llegamos, el señor que lleva el salón me dijo que lo había suspendido y que si podía ser al día siguiente. Dije que al día siguiente no estábamos y nos ofreció 1 1/2 hora más tarde un concierto de piano (Chopin). Accedimos sin otro remedio. El salón estuvo cai lleno, el pianista era bueno... solo que hacía mucho calor. Por la noche, en el pequeño espacio junto a la recepción del hotel y dado que llovia,montamos un pequeño picnic con viandas y vino españoles (ibéricos, quesos y Rioja reserva que habíamos traido. 'Somos españoles') que acabó con unos vodkas y unas risas por la 'sorpresa' de los que entraban al ascensor y a los que invitábamos... incluido la recepcionista que probó el jamón y el queso.
El domingo muy temprano (sin agua caliente en la ducha), hicimos el Check out. Daniel nos esperaba a las 08:30, con su eterna sonrisa, para llevarnos hacia Szczawnica,el lugar de inicio de la bajada del río Dunajec. La mañana (igual que la noche anterior) se presentó muy lluviosa, callendo en un tramo delcamino un buen chaparrón... pero milagrosamente, el día se despejó y llegamos con sol. Daniel cambió los tickets web por los de taquilla, preguntó cual era nuestra balsa, me explicó como iba la bajada, nos prestó un par de paraguas grandes que llevaba y nos hizo las últimas fotos en la balsa antes de comenzar a bajar. De la bajada solo se me ocurre una palabra: Naturaleza. Agua, bosque, montaña, patos, peces....Muy recomendable (eso si, con buen tiempo como tuvimos). A la finalización, Daniel nos esperaba en el embarcadero para, despues de algún tiempo para vaciar vejigas e hidratarse, subir al coche para dirigirnos a Szymkowka, un restaurante en la montaña, con unas vistas preciosas y una construcción de cabaña de madera. Gracias a que Daniel venía con nosotros y nos indicó que el plato principal previsto era trucha, pudimos a través de él, hablar con el restaurante para ver si se podía cambiar el menú. Finalmente nos dieron una carta para que pidiéramos. La comida, como no podía ser de otra forma, contundente y sabrosa. pedimos al final unos vodkas fuera de 'programa' que abonamos con gusto. Del restaurant, otros 30 minutos de coche para llegar a Zakopane. El Hotel **** (concertado) era una preciosidad por fuera. Las habitaciones amplias y todas con terraza. Los tamaños de las habitacines (al igual que el ****) eran dispares.Por la tarde, paseo por el centro de Zakopane y vuelta al hotes donde dimos cuenta del resto de viandas en una de las habitaciones que tenía una gran mesa donde cabíamos los 8.
-A la mañana siguiente, el día se presentó muy lluvioso. La guía nos dejó una nota en recepción para retrasar hasta las 9:30 (era a las 9) la visita, por la lluvia. Hubo indecisión si anularla o no por esa razón y ante las imposibilidad de cambiarla para el siguiente día por compromisos de la guía (Ola por cierto), decidimos hacerla y cortarla en caso de que nos lloviera mucho. Nuevo milagro: apenas unas gotas al principio... y nada más. Ola se esforzó mucho y fué honrada respecto a su nivel de español, un tanto oxidado por falta de uso, pero hizo todo lo posible por enseñarnos el pueblo y su historia (no hicimos la parte de visita de los artesanos de queso porque había algo de barro en el camino, pero fué decisión nuestra). Terminamos la visita sobre las 13:30, despedimos a Ola, que tenía que irse al monte esa misma tarde... y tomamos algo 'ligero' en Gazdowo Kuznia (unos pierogi variados, unos quesos y unas ensaladas) acompañados de cerveza (y vodka, por supuesto). Como anécdota, nada más sentarnos, comenzó a llover. Paseo ligero y subimos hasta el hotel para descansar un poco. Por la noche teníamos cena concertada en ****, un restaurante típico con un grupo de música local. Ni que decir tyiene que no pudimos con l cena... ya solo la sopa (mas un pequeño entrante) habría sido suficiente... La (por ejemplo) magnobrocheta de solomillo de cerdo era pasto de la gula y a la tarta... algunos la tuvimos que obviar y cambiarla por café... Eso si, la ronda de vodkas no la perdonamos. El grupo de música, muy simpáticos... hasta nos dejaron hacer pinitos de 'krooner'. Paseo de subida al hotel.
-El últimos día optamos por bajar a dar una última vuelta por el centro y gastar los últimos Szlotis antes de salir para el aeropuerto de Cracovia. Daniel, puentual como un reloj, ya nos esperabaen el hotel cuando volvimos del paseo antes de las 14:00. Cargamos el equipaje y nos dirigimos al aeropuerto de Cracovia. Llegamos sobre las 16:00. Descargamos, nos despedimos cariñosamente de Daniel (gracias Daniel) y pasamos al aeropuerto desde donde, con algún retraso, salimos hacia Sevilla lugar al que llegamos cerca de las 12:00.
En resumen: Un viaje inolvidable por lo vivido, por lo visto, por lo hablado, por lo aprendido, por lo andado (según un cuentapasos hicimos alrededor de 75 Km en esa semana) y porque sobre todo Cracovia es una ciudad que debería estar en el objetivo de muchos viajeros. Hay que agradecer a los que nos han facilitado y/o programado el viaje (a la llegada al hotel de Cracovia me dieron un sobre con toda la información y los billetes de lo concertado) y a los que nos han hecho agradable la estancia y los trayectos. Nuestra valoración (y hablo en nombre del grupo) ha sido, en general, muy positiva.
Cracovia es una ciudad preciosa. Todo el viaje ha sido bueno, teniendo en cuenta que éramos un grupo de 8, con sus pros y sus contras. En general todo ha sido según lo previsto y pactado con la agencia.Las excursiones o visitas, todas según loprevisto, así como las comidas/cenas concertadas. Lo mejor ha sido nuestro chófer Daniel: Ha sido amable, educado y siempre con una sonrisa, ha hecho que nuestros tránsitos sean agradables. Además nos ha ayudado cuando lo hemos necesitado.
Poco en contra en general. Por hacer mención a algo:
El Hotel **** tuvo problemas con el agua caliente, de hecho el último día que teníamos que salir temprano, no había agua caliente en las duchas. En la cena en **** que estaba concertada, no nos ofrecieron ninguna alternativa, tal y como lo hicieron el resto de restaurantes; los platos eran los que eran... En la excursión a Nova Huta, había una comida prevista en un restaurante y la guía nos 'cambió' la comida por otra en un 'bar de leche' local... quizás en un exceso de querer adentrarnos en la vida 'socialista'. Lo comenté a posteriori con la agencia y además de las disculpas, nos invitaron en Zakopane a un café y tarta: Además el check out del hotel nos lo pusierosn hasta las 12.