Imagínate un paisaje infinito de islas e islotes desperdigados por un mar totalmente en calma, a veces con una separación de pocos metros entre sí, llenos de flores salvajes, frondosos bosques y cabañitas de madera. Pues eso es lo que te espera en el archipiélago de Estocolmo, uno de los lugares más extraordinarios de Europa y el segundo mayor archipiélago de la región tras el de Turku, en Finlandia.
Fui en verano y el lugar es totalmente mágico e inolvidable. Podrás ir pasando de una isla a otra. A veces las islas no son mucho más grandes que un trozo de roca y parecen manchas en el mar, formando una especie de piel de leopardo, Aunque es un destino muy cotizado por los turistas, no cuesta mucho escaparse y encontrar un lugar totalmente tranquilo y aislado. Además, en las islas hay un montón de campings, albergues juveniles e incluso excelentes restaurantes.
Creo que el archipiélago de Estocolmo es alucinante y absolutamente increíble: islas de diferentes tamaños, playas de arena fina, grandes arrecifes, algunas focas, deliciosos pescados y bayas salvajes... No en vano, es uno de los lugares preferidos de los habitantes de la región, que no dudan en salir de la ciudad y tomar rumbos a sus pequeñas cabañas rojas en cuanto sale el primer rayo de sol.
Existen diversas formas de llegar hasta este lugar único. Le recomiendo a los que tengan más prisa que tomen el ferry que les permitirá ver los lugares más maravillosos en un tiempo récord. Aunque si lo que quieres es tomarte tu tiempo y explorar la zona durante unos días, te sugiero que pruebes a hacer senderismo, kayak o montar en bicicleta. ¡Ya me contarás qué tal!