Las 6 razones para ir al Congo

Intérnate en una de estas últimas selvas primarias del mundo

El territorio del país está cubierto por más de un 60% de selvas, que pertenecen al gran bosque primario de la cuenca del Congo. La vegetación es excuberante. Solamente un recorrido por la selva amazónica podría ofrecerte una experiencia comparable... Ve siempre acompañado por un guía, y escoge uno de los parques nacionales para descubrir los enormes árboles cuyos nombres invitan a la aventura: okoumé, sapelli, sipo, iroko, wengué... Sin contar las innumerables variedades de orquídeas...

Disfruta del río Congo y sus afluentes

Por su caudal, el río Congo es el segundo del mundo tras el Amazonas. Sus aguas, aumentadas por los generosos afluentes (el Likouala-aux-Herbes, el Likouala-Mossaka, el Alima, el Léfini y muchos otros con nombres musicales por el territorio de la República del Congo), delimitan junto con los del Oubangui, más arriba, la frontera entre los dos Congos. Por supuesto, se puede contemplar el impetuoso río en Brazzaville, que le separa de la animada Kinshasa, así como remontar su cauce, o ir a contemplar las cascadas del Loufoulakari, o las de Béla, más abajo de Brazzaville.

Compite en elegancia con los sapeurs

Brazzaville es junto con Kinshasa por supuesto, la ciudad de los excesos en la elegancia de la vestimenta. Aquí es donde se puede conocer a los miembros de la Sape, la Sociedad de Ambientadores y Personas Elegantes. Sería una lástima solamente llevar en la maleta pantalones cortos y camisetas sin mangas, ya que te quedarás con un aspecto muy desvaído al lado de estas (jóvenes) personas vestidas con sus mejores trajes, coloridos, en ocasiones centelleantes, con lunares o cuadros... Para encontrarles, acércate a los bares y sitios nocturnos de moda del momento...

Descubre los pintores de la escuela Poto-Poto

La fama de la escuela de Poto-Poto llega más allá de las fronteras del Congo, y los jóvenes artistas congoleses merecen ser reconocidos... Cerca de la rotonda de Moungali en Brazzaville, se puede encontrar esta escuela de pintura, instalada allí desde mediados del siglo XX, a la sombra de un gran jardín con árboles. Desde entonces, los artistas continúan acudiendo al lugar, desarrollando su arte y transmitiéndolo a las jóvenes generaciones, para deleite de los visitantes, que pueden contemplar a los pintores trabajando o comprar un lienzo...

Haz una visita a los bebés gorilas

No es fácil internarse en la selva primaria del Congo para conocer a sus habitantes: los gorilas y otros primates. Sin embargo, ppodemos ir fácilmente a visitar uno de los santuarios de los gorilas, donde se puede observar una de las poblaciones protegidas. Elige el santuario de Lossi, en el sur del Parque Nacional de Odzala, o los que están más accesibles, los de Lesio-Luna (en el norte de Brazzaville) y el de Tchimpounga (en el norte de Pointe-Noire). Y no te olvides de visitar su guardería...

Recorre las interminables playas del litoral

La costa del Congo se extiende nada más que por 170 kilómetros, pero cuenta con algunos paisajes MA-RA-VI-LLO-SOS. La extensa playa de Pointe-Noire, donde se puede caminar sin parar por la arena fina y contemplar los cielos y aguas con colores cambiantes; la playa de Pointe-Indienne, no muy lejos y también hermosa; las rocas ocres y rojizas de los desfiladeros de los acantilados de Diosso, justo al norte; después la laguna de Conkouati, en la frontera con Gabón, que está incluida en el parque nacional con el mismo nombre y que abarca el mar, la laguna y la selva... ¡Prepara tu cámara de fotos!