Llegar a este pequeño pueblo de Bomassa, puerta de entrada al parque, es ya de por sí una gran excursión, sobre todo si decides ir por el río. Pero al entrar al Parque Nacional de Nouabale-Ndoki, se comprende hasta qué punto el ser humano es vulnerable cuando se aventura en el corazón de la selva primaria ecuatorial: la vegetación, exuberante, se extiende por todas partes, intacta en sus 426.800 hectáres con las que cuenta el parque, ella es aquí la reina. En la zona se encuentran más de 1.000 especies de plantas, y algunas de las variedades de árboles más impresionantes, en especial la caoba y el sapele, que se elevan hacia el cielo.
Tras haber llegado al parque en 4x4, fue en canoa o a pie, junto con un guía de la Wildlife Conservation Society (WCS), como pude realizar los descubrimientos más hermosos: varios de los habitantes del parque, entre ellos los elegantes antílopes sitatunga, aves coloridas, magníficos elefantes y gorilas de los bosques, los más intimidantes... ya que son bastante semejantes en su comportamiento a sus primos lejanos, los humanos.
No te lo puedes perder, durante tu recorrido por el Congo.