Es el país cuyo nombre evoca lo desconocido, la curiosidad o la aventura. Para Kirguistán, estas son tres palabras que la describen bien. Lo desconocido en primer lugar, debido a que no es fácil acceder por las montañas. A continuación, la curiosidad, no solo porque los habitantes viven a caballo, casi semi-nómadas, sino también porque este país está lejos, muy lejos de nuestras costumbres occidentales. La última aventura como un viaje a Kirguist...
Es el país cuyo nombre evoca lo desconocido, la curiosidad o la aventura. Para Kirguistán, estas son tres palabras que la describen bien. Lo desconocido en primer lugar, debido a que no es fácil acceder por las montañas. A continuación, la curiosidad, no solo porque los habitantes viven a caballo, casi semi-nómadas, sino también porque este país está lejos, muy lejos de nuestras costumbres occidentales. La última aventura como un viaje a Kirguistán es una epopeya, un descubrimiento en busca de un mundo diferente, abrupto, que nos enfrenta a la modestia y la humildad. Kirguistán no es un destino para los amantes de la ciudad y los adeptos a "todo servido en bandeja". El rigor de las tierras altas, la majestuosidad de las montañas y el ritmo de vida nómada requiere un enfoque voluntario. Sin embargo, aquellos que se atrevan a vivirlo, el país le ofrecerá recuerdos como en ningún otro, el viaje de su vida, una odisea extraordinaria que marca la vida para siempre.
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Primero de todo nos vino a buscar nuestro guía Marlis. Solo verle, ya nos sentimos muy bien acogidos asi como con el chófer, Konstantin. Pasamos dos días en Bishkek, en el hotel ***** de 4 estrellas, con todos los servicios correspondientes a la categoría. Visitamos la ciudad, sorprendente los vestigios soviéticos, calles anchas, estatua de Lenin, de Karl Marx y Engels y como no , la de Manás, el fundador de Kirguistan. Todo ello explicado con todl lujo de detalles como en el resto de nuestro viaje. Marlis es un guía muy profesional así como hospitalario. Al día siguiente una excursión al salto de agua del Parque Nacionsl deñ Ala-Archa. Excursión de 5 horas. Paisaje impresionante. El tercer día fuimos a Burana. A continuación a Chon-Kemin, no pudimos bañarnos en el lago de Issyk-Kol debido al mal tiempo, en su lugar fuimos a las aguas termales. Muy interesante por el hecho de que solo había personas locales, ningún turista. La mezcla de etnias y rusos, todos ellos alegres y serviciales. Pasamos la noche en un maravilloso guesthouse, por la noche baile típico y al final acabamos todos los huéspedes bailando. Comida muy buena. El sexto día a Karakol. Seguía el mal tiempo, fuimos a comer al mercado platos típicos, visitamos la Mezquita, edificio singular por su arquitectura de estilo chino. La iglesia Ortodoxa, preciosa, de madera... dormimos en un buen hotel, *****. El séptimo día nos dirigimos a Jei-Oguz, excursiones y de ahí a un campamento de yurtas. Montamos a caballo, tiro al arco... rodeados de un río que bajaba con un potente caudal. Los kirguis nos acogieron con muchísimo afecto. El paisaje espectacular. Al día siguiente visitamos Fairy Tsle Canyon, espectacular. De ahí a Kochkor. Nos mostraron como se construía un yurta con todo lo detallep. También fuimos a la cooperativa de las mujeres que tejen las alfombras de fieltro haciéndonos partícipes del proceso. Al siguiente día llegamos a Son- Kul. No tengo palabras para expresar lo que sentimos en el lago a más de 3000 metros de altitud. Nos alojamos en un yurta. Comida buenísima, trato exquisito... hicimos una excursión a caballo hasta los petrolitos. Por la noche tuvimos la suerte que se despejara el cielo y poder observar la infinidad de estrellas, constelaciones... un lugar indescriptible. Paz, naturaleza salvaje... Jaks, rebaños de cabras, ovejas, caballos...de ahí partimos a las minas de carbón de Kapa keche. Posteriormente a Kyzil-Oy. Nos hospedamos en casa de una familia, fuimo0s a pescar... el pueblecito idilico. Los niños no paraban de hablarnos, muy educados... de ahí un largo recorrido por pasos de montaña hasta llegar a Too-Ahun (3600 metros de altitud). Un paisaje agreste, montañas interminables. Carreteras donde los coches y camiones tenían que ir sorteando a manadas de caballos... Finalmente regresamos a Bishkek. Visitamos Osh Market, repleto de verduras, frutas, especialmente frambuesas, grosellas, fresas del bosque...a toneladas de ahí las mermeladas exquisitas, de un sabor maravilloso que ofrecen tanto para el desayuno como en la cena. Fuimos al centro comercial de la ciudad, la zona moderna a pasear... y muy a pesar nuestro, nuestra última noche en Kirguistán en ******. A las 4 a.m. pasaron nuestro guía Marlis y Chófer Konstantin para llevarnos a Manas aeropuerto. Agradezco a ambos toda la gratitud y alegría que nos ofrecieron durante nuestra estancia de 11 días intensos de emociones.
Muy bonita la zona de la montaña, desde Naryn a la frontera china y preciosa la zona de Tash Rabat. Dormimos en una yurta, muy bien acondicionada y con posibilidad de paseo a caballo, precioso. Tambien la comida y atención.
El vehículo todo terreno fue confortable, las rutas fueron muy interesante y variadas. El conductor y el guía fueron educados, atentos y corteses las 24 horas del día. Dispusimos de la flexibilidad para variar los tiempos . Disfrutamos de paisajes increíbles.