Nuestro viaje a Tanzania empezó cuando empezamos a pedir presupuestos. Nos decidimos por Evaneos – *** por el tono de voz amable y la cercanía de Clementina quien se encargó de organizarnos el itinerario y modificarlo las veces que hizo falta para que sea de nuestro agrado. Nos dio la facilidad de atendernos por teléfono para explicarnos bien cómo iba a ser todo y se comunicó con nosotros en innumerables ocasiones para solucionar todas nuestras dudas. Estábamos muy contentos cuando iniciamos el viaje. Sin embargo, las cosas empezaron a ir mal cuando nuestro vuelo de Madrid salió tarde y perdimos la conexión. Aunque ya era de noche Clementina nos atendió cuando estábamos desesperados en el aeropuerto de Estambul. La aerolínea nos dejó dos días en tierra y por consiguiente perdimos hoteles, safari y todo lo que ello implica. Sin embargo, Clementina y el grupo de *** se encargó de arreglarlo todo para que nuestro tour se impactara lo menos posible. No solo eso, estuvo con nosotros para consolarnos y animarnos durante nuestra espera en el aeropuerto, cuando estábamos haciendo los trámites derivados de la pérdida de conexión.
Después de dos días, salimos hacia Arusha para empezar nuestro safari. Aunque parezca increíble, nuestras maletas no llegaron. Emmanuel, que fue a recogernos de madrugada, entró al aeropuerto para ayudarnos a llenar el formulario ya que ese mismo día empezábamos el safari y no sabíamos que datos poner pues cada día cambiábamos de hotel. Emmanuel supo cómo hablar con la gente local para que el trámite se hiciera de la forma más efectiva y rápida posible. A las 8:30 de la mañana, Clementina fue en persona al hotel (a pesar de que días antes nos había dicho que tal vez no nos podía ver, hizo el esfuerzo de ir). Nos llevo a comprar ropa y cosas de aseo personal. Nos prestó un repelente personal pues no había uno en el supermercado y nos regaló dos mantas Masai para poder abrigarnos en el Ngorongoro en caso de no recibir nuestras maletas a tiempo. Nadie tiene por qué esperar que la persona que te organiza el viaje haga esto por ti, pero lo cierto es que Clementina lo hizo. Luego nos enteramos que estuvo a las 3 de la madrugada, preguntando a Emmanuel si todo había ido bien con nuestro vuelo.
Por fin empezamos nuestro anhelado viaje con Yohana como guía. Muchas gracias Yohana por todas tus explicaciones y sobre todo por las risas que nos echamos juntos. Siempre estuvo atento a todas nuestras necesidades e intentó por todos los medios de que viéramos la mayor cantidad de animales posibles. Además de ser un muy buen guía, nos gustó mucho que fuera solidario con sus compañeros de otras agencias, cuando se detuvo para ayudar a algún coche que tenía la rueda pinchada o parecía tener un problema en el motor. Si nosotros hubiéramos tenido un problema como ese, nos hubiera gustado que alguien nos ayudara. Para nosotros fue “una aventura añadida” pero estamos seguros que para esos turistas fue una verdadera alegría. De hecho, los guías suelen ayudarse entre ellos y también recibimos ayuda cuando hizo falta para encontrar un camino o algún animal. Yohana conoce muy bien los parques y nos habló todo el tiempo en español.
Por último, completamos nuestro viaje volando hacia Zanzíbar. Como no logramos obtener todos los días de Zanzíbar en el mismo hotel, Clementina nos sugirió ir a Stone Town la noche que el hotel de playa no tenía disponibilidad. No estábamos muy convencidos de esa opción, pero decidimos hacerle caso. Luego nos dimos cuenta que fue una idea excelente. Nuestra visita a Stone Town fue muy bonita, incluso tuvimos la oportunidad de estar en una boda local (por error, aunque la familia nos acogió con una sonrisa).
Los tanzanos son todos muy amables. Cuidan mucho al turista y siempre tienen una sonrisa para regalarte.
Por último, todos los alojamientos que Clementina escogió fueron perfectos: ubicación infraestructuras, comodidad, comida, todo increíble.
Clementina, no tenemos palabras para agradecerte todo lo que has hecho por nosotros: por organizarnos un viaje tan maravillosamente bonito, por minimizar nuestra mala suerte con la compañía aérea y por ayudarnos incluso ya en Madrid, al proporcionarnos documentación para poder hacer las reclamaciones por los gastos adicionales que nos generó el pésimo servicio brindado por la línea aérea. Todo esto, sin siquiera pedir una recomendación.
Como bien dices, lo mejor es contratar con una agencia local para que puedas recibir ayuda cuando te haga realmente falta. Aunque estábamos temerosos, nos alegra haber tomado la decisión de contratar con ***, que tiene un equipo de primera.
Asante sana. Susana y José Luís.