Desde Arona cogí la carretera que sube serpenteando hacia el Teide. Había un pinar que no se acababa nunca. El pino canario es famoso por su gran resistencia, incluso a los incendios. A 1500 m de altitud llegué a Vilaflor de Chasna, un pueblo típico canario. Dicen que es el pueblo más alto de Tenerife y de toda España.
Durante mi viaje por España no pude resistirme a hacer un descanso y dar un paseo por aquellas callejuelas tan tranquilas y por la plaza, muy bonita. También es bonita la iglesia de San Pedro. Y hay un convento. Vilaflor me pareció un pueblecito tranquilo, estupendo para hacer una parada agradable.
Luego cogí el coche otra vez para ir a la salida del pueblo a ver el Piño Gordo. Es uno de los pinos más viejos y grandes de las Canarias. ¡Tiene más de diez metros de envergadura! Un árbol de esa magnitud no se ve todos los días, así que es como una atracción adicional.
Cuando subes al Teide desde el sur de la isla, Vilaflor es el último pueblo por el que pasas antes de internarte en el parque natural de la Corona Forestal, la corona de pinos que rodea el volcán. El verde claro de las agujas de los pinos contrasta bruscamente con el azul intenso del cielo, dando lugar a un paisaje maravilloso. Detrás de una curva te encuentras con un pino inmenso, el Piño Gordo. ¡Sus más de cuarenta metros de altura y su tronco de nueve metros de diámetro te dejarán con la boca abierta!
En el pueblecillo de Vilaflor visité la iglesia de San Pedro Apóstol, unas cuantas ermitas y algunas casas bonitas. De Vilaflor salen también rutas interesantes por el parque del Teide y sus alrededores. ¡Senderistas, ya sabéis!