Isla de Fuerteventura (España)

Es una isla volcánica muy árida. Tanto que durante kilómetros no crece casi nada. Me sorprendió encontrar allí agaves. Los cultivan para producir aloe vera.

Hice kilómetros y kilómetros de carretera, unas veces en línea recta hacia el océano, otras veces con un montón de curvas, cuesta arriba, sin ver ni una casa, ni un sembrado, ni un arbusto. Solo roca... Hasta que, de repente, aparece una granja de color blanco, o un molino, o unas cuantas cabras muertas de hambre comiéndose las pocas ramitas que hay.

Me encantó bañarme en las playas de la isla, largas lenguas de arena blanca y blandita. Son playas bastante llanas, así que no hay peligro para los niños. Durante nuestra estancia en Fuerteventura les sacamos mucho partido. También era entretenido mirar a aquellos campeones del kitesurfing entrenar diariamente.

Esta es una de mis preferidas entre todas las Islas Canarias. La apodada como "Isla Roja" por el color de sus tierras volcánicas, cuenta con unos paisajes totalmente magníficos, además de tener unas playas que, si bien se pueden encontrar fácilmente, aún están desiertas.

Tengo recuerdos muy especiales de mi viaje a las Islas Canarias, y de nuestras maravillosas caminatas por los adentros de las tierras áridas y salvajes de Fuerteventura. ¡Me sentía de verdad como si estuviera en otro planeta!

También visité las playas del norte de Fuerteventura, las más protegidas frente al turismo masificado, y las grandes poblaciones costeras que están desperdigadas por el sur de la isla. En esta región encontré pequeñas calas aún vírgenes, y encantadores pueblos pesqueros tradicionales, con sus pequeñas casas de paredes blancas y encaladas.