Durante un circuito por Madeira, no olvides tu par de zapatos deportivos para disfrutar de un paseo. Es la ocasión de descubrir la exuberante flora de la isla. Los caminos son muy frecuentados y están bien mantenidos, y te esperan hermosas sorpresas.
Tanto si somos amantes del senderismo como de la naturaleza, forzosamente hemos oído hablar de Madeira, Jardín del Atlántico. Esta isla en el medio del Atlántico, a algunas horas de vuelo de Madrid, se beneficia de un clima tan clemente que hace buen tiempo todo el año. En la misma latitud que Marruecos, se beneficia de la Corriente del Golfo que dulcifica un poco su clima tropical.
Su topografía volcánica no debe desanimar a los caminantes no habituados a la montaña. 70 posibilidades de marcha se enumeran en la isla. Sería sorprendente no encontrar la que nos conviene, se proponen marchas para todos los niveles, desde el simple paseo a la salida de un día con ascensión de cumbres y muchos metros de desnivel.
En efecto, si bien es posible practicar el senderismo e ir al asalto de los picos a través de los caminos "negros", también es perfectamente posible caminar tranquilamente a lo largo de los canales o "levadas". Para responder a las necesidades de agua, ingeniosos sistemas de canales fueron construidos: las "levadas". Llevan el agua de la lluvia desde la cima hasta el borde del mar, regando toda la montaña, fluyendo a lo largo de una ligera pendiente. Un camino bordea estos canales y permite avanzar siguiendo el curso del agua. Descubrirás plantas de todos los colores, con tamaños a veces sorprendentes. Los dientes de león gigantes, los helechos arborescentes, las enredaderas recuerdan que el clima es tropical. La laurisilva está clasificada como patrimonio mundial de la UNESCO. A lo largo del camino, pasarás a veces bajo lianas, después escucharás pequeñas cascadas golpear el suelo acompañando tus pasos con su ritmo y pasarás bajo ellas intentando no mojarte. Todo eso puede hacerse sin mucho esfuerzo. ¡Atención solamente para no resbalar!