Región fronteriza con Turquía y que bordea el Mar Negro, el Parque Nacional de Strandja es una hermosa región natural muy poco poblada que cuenta con maravillas de todo tipo. En primer lugar maravillas naturales, con hermosas montañas medianas, que se elevan hasta los mil metros y que están repletas de una fauna y flora totalmente asombrosas.
También se trata de una maravilla histórica y arqueológica, pues alberga numerosos sitios arqueológicos de la civilización tracia, además de muchas casas construidas al más puro estilo otomano, con cimientos de piedra, paredes de madera y techos de tejas rojas.
Para mí, el parque es uno de los lugares más aislados y desconocidos que he podido visitar en esta región durante mi recorrido por Bulgaria. Incluso fuera de las áreas turísticas del Parque Nacional de Strandja también hay lugares que valen la pena conocer, aunque su anonimato les haga poco accesibles y sus infraestructuras sean muy limitadas.
Istranca es un macizo montañoso situado al sudeste de Bulgaria y en la parte europea de Turquía. El parque natural de Istranca solo incluye la parte búlgara, es la mayor zona protegida del país.
Tiene una riqueza natural increíble, empezando por el bosque, sus animales vertebrados, sus peces y sus aves. Es un lugar especialmente importante para la migración de las aves, que lo utilizan como lugar de paso antes de dirigirse a lugares más cálidos donde pasar el invierno. Tiene más de 270 especies de aves registradas. Para visitarlo, hay algunas rutas señalizadas que exigen estar buena forma física.
Una de las cosas que más me impresionaron es que Istranca no solamente incluye un bosque, sino también pueblos que han conservado su arquitectura tradicional y que me hicieron viajar en el tiempo.