La mezcla cultural de Hoi An ha hecho de esta ciudad un verdadero museo al aire libre. Lo comprobarás al recorrer las calles del centro histórico, donde los comerciantes chinos y japoneses de la Ruta de la Seda dejaron su huella a lo largo de los años. La casa de Tan Ky, una residencia bicentenaria en pleno corazón de Hoi An, es el ejemplo perfecto: aquí podrás contemplar una mezcla de los estilos arquitectónicos propios de estas culturas. La comunidad china construyó incluso un lugar de encuentro para sus expatriados en el siglo XVII: el increíble templo de Phuc Kien, cuya visita recomiendan nuestras agencias locales.
Al igual que en cualquier otra ciudad portuaria que se precie, los canales que fluyen por Hoi An son lugares muy animados que no te puedes perder. Si tienes alma de marinero, podrás dar un paseo en barca para disfrutar de una experiencia auténtica y descubrir el río Thu Bon de la forma más tradicional posible.
Si prefieres la tierra firme pero aun así quieres empaparte de la historia de la ciudad, te gustará ver el puente-pagoda japonés. Este emblema de Hoi An fue construido por personalidades niponas en el siglo VII para conectar el barrio japonés y el barrio chino.