A menudo nos imaginamos las Maldivas como un destino enfocado nada más en el turismo de lujo, donde no no se puede hacer otra cosa que disfrutar de la playa en las tumbonas de un gran hotel perdido en medio del océano Índico. Sin embargo, el país tiene muchas otras posibilidades, y desde hace algunos años numerosas iniciativas locales ven la luz en el corazón de estos pueblos.