En la India, la gastronomía cambia de colores a merced de las poblaciones y los paisajes. Independientemente de dónde estés, el thali (almuerzo indio) se sirve en varios cuencos pequeños llamados katori, colocados sobre una bandeja. Según la región, el plato incluye carne o pescado, verduras, curry, dal (elaboración a base de lentejas), arroz y panes tradicionales, naan o chapati. Todo ello acompañado de chutney, quizás un pimiento y lima. En Kerala también puede incluir hoja de plátano.
El thali puede ser vegetariano, como muchos platos de este país en el que la vaca es sagrada. ¿Te apetece un dal makhani para tomar más proteínas? Esta receta a base de lentejas negras y alubias rojas es originaria de Punyab. ¿Y, por qué no, un palak paneer, una deliciosa mezcla de queso indio y espinacas frescas? El truco para contrarrestar el toque picante que a menudo tienen estos platos es la raita, una salsa de yogur y verduras a la que se le suele añadir pepino.
Si sientes curiosidad, no dudes en probar la comida callejera de la India, solo o en compañía de un guía local. En el menú no puede falta la samosa, una especie de empanadilla triangular que suele rellenarse de guisantes, ni la batata vada, un buñuelo de patata típico de Bombay. Y si te gustan los crepes rellenos, no puedes perderte la dosa. Con su masa hecha de lentejas y arroz, es la estrella de los desayunos del sur de la India.