Durante tu viaje por Letonia, en Riga no puedes perderte los imprescindibles: el casco antiguo con sus casitas de calores, los edificios art nouveau en la calle Elizabeth, la Iglesia de San Pedro o la casa de los Tres Hermanos. Sin embargo, como la ciudad se visita bastante rápido, ¿por qué no aprovechas para descubrir otros lugares menos conocidos, que darán a tu viaje un regusto de peregrinaje sagrado?
En torno al Daugava, el río que atraviesa Riga, podrás admirar todas las riquezas de la ciudad de un solo vistazo. Cuando te acerques, te toparás con la estatua del Gran Cristóbal (Kristaps en letón), protector de la ciudad que ayudó al Niño Jesús a atravesar el río, y que al día siguiente se encontró con un montoncito de monedas de oro, con el que se fundó Riga. Ya idealizado por esta leyenda, el Daugava es precioso en cualquier temporada, helado y cubierto de nieve, o azul y reflejando el cielo del verano. Sus muelles, por donde los letones pasean en bici o a pie cuando hace bueno, permiten circular por ambas riberas y podrán llevarte hasta un auténtico rinconcito paradisiaco que solo los letones conocen.
El maravilloso Daugava llega hasta un parque, el "Lucavsalas atputas parks", rodeado de playitas en un entorno urbano, muy popular entre los habitantes de Riga en verano. Es el lugar ideal para desconectar en la naturaleza tras un día de excursión. Allí verás a los habitantes locales practicando todo tipo de actividades: picnics, barbacoas, vóley-playa, deportes acuáticos, o incluso sencillamente bañándose, todo ello en un ambiente alegre distendido. Es un lugar muy poco conocido por los turistas, y eso que, además de ser bonito y muy tranquilo, está situado entre el centro de la ciudad, el punto central de la vida de los letones, y el barrio ruso, sirviendo de puente entre ambas poblaciones, a las que a veces les cuesta convivir.
Si te sigues alejando del dentro de la ciudad, saliendo del parque, aparecerás en pleno barrio ruso, llamado "Maskavas" (Moscú), cuyo estilo más bien envejecido contrasta con el resto de la ciudad. Allí te encontrarás varias iglesias ortodoxas, como la Iglesia de Todos los Santos, o la que se encuentra junto al cementerio ruso de Ivana Kapi, donde se ha dejado crecer libremente la vegetación, que entremezcla con las tumbas, creando un bonito decorado. También en ese barrio podrás ver una Iglesia de los Viejos Creyentes. Podrás llegar hasta estos sitios en el trolebús nº 15 desde el mercado central y se visitan en pocas horas, pero no son los lugares más conocidos ni los más famosos. Sin embargo, si lo que quieres es impregnarte de la esencia de la ciudad, nada mejor que salir de los típicos itinerarios turísticos e ir a ver la vida de sus habitantes.