Una de mis decepciones en la isla de Madeira. Con sus casas triangulares rojas y blancas, Santana es uno de los puntos turísticos más famosos de la isla. Pero cuando llegamos allí, frente a todo aquel alojamiento recuperado para el turismo y sin ningún ápice de, no podía sino sentir decepción.
Afortunadamente y como siempre, lo que salvó la estancia en el norte de la isla fueron las rutas de senderismo.
Empecé en la Levada do Caldeirão Verde. La caminata de 4 horas atravesando el bosque es una de las más conocidas en la región. La ruta es fácil y pasa por 3 túneles, así que no olvidéis vuestra linterna o de lo contrario pasaréis bastante miedo.
Al caer la tarde, un amigo me aconsejó que subiera al teleférico de Faja da Rocha do Navio. Normalmente reservado a los agricultores locales para transportar su producción en los pastos, los gerentes generalmente aceptan abrirlo para los visitantes. Pude conocer desde las alturas la costa norte de la isla, dentro de una cabina algo precaria.