Ubicada en Asia Central, Uzbekistán está en el corazón de la ruta de la Seda, antigua ruta comercial entre China y el Mediterráneo. Os quedaréis impresionados por la hospitalidad y la amabilidad de sus habitantes, especialmente con los niños. En vuestro viaje en familia a Uzbekistán visitaréis ciudades islámicas clásicas y pasearéis por el desierto.
Dormir en un desierto de arena roja, bañarse en un lago artificial o ver un mar seco son cosas únicas que podréis hacer en vuestro viaje en familia a Uzbekistán. Los agentes locales hispanohablantes seleccionados por Evaneos os ayudarán a organizar los mejores planes adaptados a vuestras necesidades.
Haced una ruta por el desierto de Kyzyl Kum, cuyo nombre significa arena roja, y pasad la noche en una yurta, las tiendas que utilizaban los antiguos pueblo nómadas de Asia Central. Podéis visitar la fortaleza de Ayaz Kala, la más grande del desierto. Después podéis ir a Jiva, una ciudad con murallas de adobe que es Patrimonio de la Humanidad. Subid al fuerte de Kukhna para ver una panorámica impresionante.
En Taskent convive la arquitectura islámica de Hazrat Imam y la madrasa de Kukeldash, con elementos soviéticos como su metro. Pero lo mejor del lugar es el Chorsu Bazaar, un mercado tradicional. Si tenéis calor, podréis ir hasta el lago artificial Charvak, que se formó por la confluencia de los ríos Pskem, Kok-Su y Chatkal en las montañas de Tian Shan y está a 60 km de la ciudad.
Es una visita para concienciar a los niños de la importancia de cuidar el medio ambiente. El mar de Aral era uno de los lagos más grandes del mundo y actualmente está casi seco porque su agua se utilizó para regar los cultivos de algodón. Pasear por el lugar es como estar en el desierto, viendo barcos pesqueros posados sobre la tierra. Un paisaje muy curioso.
Samarcanda es la perla de Uzbekistán. La plaza de Registán es el corazón de la antigua ciudad y está franqueada por tres madrasas. Pasead por estas estructuras que definieron las reglas básicas de la arquitectura islámica, os sorprenderán sus mosaicos, puertas, minaretes y cúpulas azul turquesa. Desde ahí podéis hacer una excursión a las ruinas de Afrasiab. En su museo se pueden observar frescos de la época sogdiana y una tumba en la que, dicen, están los restos de Daniel, profeta del Antiguo Testamento.
Uzbekistán tiene un clima de temperaturas extremas en verano, que pueden superar los 40°C, y en invierno, que pueden llegar a -10°C. Por ello, la mejor época para un viaje en familia a Uzbekistán es en primavera y otoño. Consulta nuestra guía para saber con más detalle cuando viajar a Uzbekistán.
En un viaje en familia a Uzbekistán es recomendable que siempre se beba agua embotellada, incluso para lavarse los dientes, hay que evitar los hielos y no comer carnes, frutas y verduras crudas o sin pelar en los puestos callejeros.