
Con un rico y agitado pasado, testigo de grandes confrontaciones que sacudieron los territorios europeos a través del tiempo, Estonia ha recorrido un largo camino hacia la libertad cuyas huellas son aun visibles durante un viaje por el país,
Desde el siglo I, los estonios sufren los asaltos conquistadores de los vikingos alrededor del mar Báltico, después de los alemanes, daneses y rusos. La región no se reconoce realmente hasta el siglo XIII y desde entonces estará sometida a las dominaciones extranjeras durante siglos y siglos. El territorio fue dividido entre Alemania y Dinamarca, para finalmente caer bajo el yugo de Suecia en el siglo XVII. Esta dominación termina un siglo después con el tratado de Nystad que otorga Estonia a Rusia. De estos siglos de ocupación, el territorio conserva testimonios arquitectónicos y culturales impresionantes que alegrarán tus paseos durante una estancia en Estonia.
La lucha por la independencia toma más fuerza bajo la autoridad soviética. La política de rusificación de Alejandro III despierta los sentimientos de identidad nacional y favorece el nacimiento de movimientos nacionalistas. Combates, lucha armada, apoyo de Finlandia conducen a la promulgación de la independencia de Estonia... que solo durará 19 años. En efecto, la segunda guerra mundial reduce a nada los esfuerzos realizados, Estonia cae de nuevo bajo el dominio de la URSS y se convierte en una república socialista soviética. Comienza entonces una larga lucha por la independencia económica, ecológica, financiera y política. A pesar del bloqueo de Moscú, Estonia tiene la suerte de recibir el apoyo de Europa y de los Estados Unidos, y de esta forma afirmar su identidad.
Después de siglos de lucha, la independencia de Estonia es finalmente reconocida y aceptada por Rusia en 1991. Se inicia entonces un largo proceso de democratización, de recuperación económica, de afirmación de su identidad. El deseo de desmarcarse de la URSS e integrarse en la creciente Europa da lugar a un buen número de conferencias y tratados. En 2004, Estonia se convierte en miembro de la OTAN e inicia el proceso para ser parte de la Unión Europea (símbolo de libertad y seguridad), lo que se concreta diez años más tarde, en 2014.