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Madagascar

¡Un viaje responsable para un compromiso sostenible!

Turismo sostenible, turismo solidario, ecoturismo y voluntariado: hay muchas apelaciones y etiquetas que coexisten en la actualidad y tienden a asustar al viajero estándar, a riesgo de hacer olvidar el sentido primigenio de estas modalidades de turismo responsable.

Sin embargo, un gran número de profesionales, asociaciones y ONG continúan trabajando cada día sobre el terreno con el fin de ayudar a las poblaciones locales a poner en marcha procesos en favor de la educación y de la preservación del medio ambiente con los únicos ingresos del turismo, invitándolos así a formar parte directamente de estos proyectos.

Si no te preocupan los imprevistos, aquí tienes algunos ejemplos de experiencias vividas que prueban que puedes visitar la gran Isla Roja de manera ética, sin renunciar por ello al placer de descubrir algo nuevo.

Alojamiento entre la vegetación: ¡pasa una noche increíble en una cabaña de falafa!

Cuando llegamos a un pueblo perdido entre la vegetación, al este de la isla, la "estructura ligera" del proyecto piloto de desarrollo ecoturístico aún no estaba construida. Bastaron unas cuantas negociaciones con los miembros de la asociación para encontrar una solución no falta de encanto y autenticidad.

Ocupamos 3 cabañas de falafa que los habitantes del pueblo pusieron a nuestra disposición. En el interior de esta "suite real" , una decoración 100% malgache y la compañía de algunas gallinas que picoteaban por el suelo. Sobre el felpudo, un viejo perro dormía apaciblemente, como velando por nuestro descanso. Parecía un gato junto a un radiador.

En Madagascar se puede dormir en los pueblos perdidos en la maleza a lo largo de un circuito de senderismo, en especial cuando la única forma de acceder al pueblo se hace por un sendero costero al cual se llega tras 2 o 3 días de marcha desde la ciudad más cercana.

Cabaña malgache @Servane Rigault

Un enclave 100% natural, preservado con celo.

Otro detalle malgache: esa tienda de campaña, instalada bajo un árbol de rafia frente al lago, una extensión de color turquesa, traslúcida, ante la cual los niños del pueblo corren arrastrando sus cometas por el cielo. Al caer la noche, las luciérnagas vuelan como pequeñas hadas por este jardín del Edén, emanando un perfume deleitante, al son del dulce rugido del océano. El viento sopla levemente sobre las ramas de las palmeras, mientras que el cielo brilla sobre nuestras cabezas... ¡Mora-Mora: lo único que cuenta es el tiempo presente!

Está permitido acampar en todo Madagascar para obtener una inmersión totalmente natural, con la autorización previa del jefe del pueblo y bajo la promesa de respetar los fady, numerosas zonas consideradas como tierras sagradas. Si este es tu modo de viaje preferido, no olvides llevar contigo algunos regalos útiles (bolígrafos, cuadernos, etc.) que podrás dar al jefe del pueblo en señal de agradecimiento. Si te encuentras en la etapa final de tu viaje, puedes darle también los medicamentos que lleves para combatir la "tourista" u otras enfermedades leves (paracetamol, aspirina, etc.). Tu guía sabrá quién necesita de ellos en el pueblo para administrarlos de la mejor forma posible.

La travesía por el lago: una aventura para todos, por un precio moderado y con muchas emociones fuertes garantizadas.

¿Quién no ha soñado nunca con explorar una barrera de coral? Lo cierto es que cuando nuestro capitán señaló con el dedo una piragua encallada en la arena y de aspecto abandonado, nos asaltaron ciertas dudas.

No obstante, la llamada del mar resuena en el fondo de nuestras almas de exploradores, hasta el punto de no poder negarnos a vivir una aventura. Por desgracia, lo que tenía que pasar ocurrió. La piragua comenzó a ir a la deriva rápidamente. El pánico sacudió entonces a la tripulación, lo que puede parecer ridículo a menos de 30 cm de la orilla y en unas aguas con una profundidad mínima, de apenas 50 cm. El naufragio parecía inevitable, y no tuvimos más remedio que ganar tierra firme, nadando bajo las miradas irónicas de pescadores instalados cómodamente a la sombra de las palmeras.

Si contratas los servicios de un guía para organizar tu viaje, se encargará de todos los preparativos necesarios para realizar una travesía por el lago en condiciones óptimas! Si no lo has hecho, siempre tienes la posibilidad de pedir un contacto en tu hotel o ir directamente al encuentro de los pescadores a la hora en que recogen sus redes... les encantará hacerte descubrir el lago. Esta escapada suele venir acompañada de una pausa para comer pescado a la parrilla, recién sacado del agua... ¡ñam!

En estas excursiones conviene recordar ciertas reglas fundamentales de respeto por la naturaleza:

  • No tires nada al suelo (¡lleva todos tus desperdicios contigo!)
  • No toques los corales, ni las tortugas ni ningún otro organismo vivo
  • ¡No te lleves nada! Para tener recuerdos de lo que has visto puedes hacer fotos
  • Come platos locales Si ves a tu capitán ordenando embarcar latas de atún en el barco, pregúntale si no podríais pescar algo en el lago para después asarlo. ¡Se trata, sin duda, de la mejor opción!
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