Especialista en viajes románticos y en familia por Marruecos
¿Por qué viajar a Marruecos?
Viajar a Marruecos es genial si lo que buscas es un destino exótico a la vuelta de la esquina. Su proximidad a España lo convierte en un destino ideal para hacer tanto una escapada como un viaje de aventura por el desierto viviendo una experiencia única. ¿A qué esperas? ¿Necesitas razones por las que hacer un viaje a Marruecos?
Es un destino exótico y que se encuentra a 17 kilómetros de la costa española.
Por la comida: Una de las principales ...
Viajar a Marruecos es genial si lo que buscas es un destino exótico a la vuelta de la esquina. Su proximidad a España lo convierte en un destino ideal para hacer tanto una escapada como un viaje de aventura por el desierto viviendo una experiencia única. ¿A qué esperas? ¿Necesitas razones por las que hacer un viaje a Marruecos?
Es un destino exótico y que se encuentra a 17 kilómetros de la costa española.
Por la comida: Una de las principales razones para viajar a un país es para probar su gastronomía. Marruecos en este aspecto juega en la mejor liga. Dispone de una gastronomía riquísima, con influencias andaluzas, francesas y, por supuesto, árabes.
Por la grandeza de sus ciudades imperiales: Fez, Marrakech, Rabat, Tánger o Casablanca.
Por sus espectaculares y paisajes variopintos: el desierto del Sáhara, las montañas del Rif o la costa Atlántica, todo son visitas imprescindibles.
Los dos primeros días han sido estupendos, totalmente lo esperado, nostros que ya conocíamos el norte de Marruecos. Pero nada más llegar al desierto el 12 de marzo supimos que Maruecos cerraba su frontera con España y vimos que nuestro vuelo para el día 17 se cancelaría. En ese momento se hundió todo el viaje y ya no tuvimos otro objetivo que llegar cuanto antes a España. Yussef, a quien estaremos eternamente agradecidos, se afanó en buscarnos una salida y así el día 14 por la noche estábamos en Algeciras.
Algún día tendremos que volver y hacer este viaje en mejores condiciones. Gracias también a Mónica por interesarse por nosotros.
Llegamos a Marrakech pronto por la mañana, nos recogieron y acompañaron hasta el riad y pasamos el día visitando la ciudad, sobretodo la Medina. Es tumultuosa y te entran continuamente para que compres algo, pero me encantaron el color y el olor. Luego pasamos 3 días yendo al desierto (se hace un poco largo el trayecto) pero el paisaje vale la pena. Fuimos acompañados del chófer-guía (Aziz) que estuvo siempre atento a nuestras necesidades. Ouarzazate es distinto a Marrakech, visitamos la Kasbah Taourir y por la tarde, a la vuelta, paseamos por una plaza que era menos turística, más del día a día de la gente de allí (lo que es más atractivo para nosotros). Las gargantas del Dades y de Todgha son preciosas, sobretodo el valle del Dades. En Merzouga subimos a camello para ir y volver de pasar la noche en unas Haimas, donde nos trataron muy bien. Tal vez demasiado europeizado (comer sentado en mesas...) y mucha comida. Con menos habríamos pasado perfectamente. Por la noche cantamos, bailamos y contamos historias con los otros compañeros de las haimas y con los bereberes que estaban con nosotros (muy divertido aunque éramos pocos). El cielo estrellado es una maravilla. La vuelta fue más complicada en medio de todo el auge del coronavirus, pero aún así, volvería para visitar otras zonas.