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El verano es la estación ideal para apreciar los colores, los sabores y los esplendores de Marruecos. Oasis exuberantes, jardines perfumados adornados de estanques, suntuosas ciudades imperiales… Esos sitios de excepción son lo más hermosos durante el verano. En la sombra de los zocos o en la frescura de los patios, iníciate al buen vivir marroquí. Alista tus maletas: el verano te espera en Marruecos, con un sinnúmero de experiencias y maravillas.
Diseñarás tu viaje veraniego en Marruecos con agencias locales hispanohablantes, según tus deseos. Si sueñas con un paseo en las ciudades imperiales, procura la frescura de los patios de los palacios reales, como los palacios alauitas de Meknes. Los jardines árabes son auténticos paraísos. En Marrakech, no te pierdas el jardín Majorelle, una obra viva donde los colores del pintor Matisse se mezclan con las más bellas plantas exóticas. Los zocos de las ciudades imperiales, como Fez, y sus callejones sombreados son también lugares ideales para un paseo veraniego. Textiles, alfombras, especies y joyas te embriagarán por la intensidad de sus sabores y de sus colores. ¿Deseas descubrir un oasis secreto, escondido en el desierto? El oasis Fint, que los Bereberes llamaron “secreto”, es un tesoro asombroso que reverdece a tan solo 12 kilómetros de Uarzazat.
En verano, no se recomiendan las travesías del desierto por el calor muy intenso. Las temperaturas son mucho más agradables en las ciudades costeras, como Agadir o Esauira. En verano, no hay nada más vigorizante que un baño en las aguas transparentes de las piscinas naturales y las cascadas permanentes del valle del río Tamraght. Un viaje veraniego en Marruecos también puede ser una buena oportunidad para una estancia de relajación, dentro de un hammam entre los más hermosos de Marruecos, recomendado por tu agente local. Allí recibirás cuidados tradicionales en un ritual refinado que pone atención en cada detalle, desde los masajes con aceite de argán hasta la exfoliación con rasul. Por último, aprovecha tu estancia para descubrir los secretos de la gastronomía marroquí. Desde la mesa de un palacio de Marrakech hasta un restaurante de mariscos en el puerto de Agadir, tu viaje culinario augura sabores deliciosos.
En el sur de Marruecos, las temperaturas suben fácilmente arriba de 35°C en verano. Ahora bien, el clima es más fresco en las costas. Recuerda que incluso en enero, la temperatura está cerca de 22°C en Agadir, prometiendo un calor suave y propicio para las actividades náuticas. Las regiones montañosas son más frescas, incluso en pleno verano, debido a las lluvias de temporada. Para un viaje veraniego en Marruecos, se recomiendan las regiones costeras, o una estancia en las ciudades imperiales, repletas de palacios, patios y jardines donde procurar la sombra. Para saber más, lea nuestra página Cuándo ir a Marruecos.
La mejor época del año para ir a Marruecos es la primavera o el otoño, cuando las temperaturas son más agradables. En verano, las temperaturas pueden ser sofocantes y el invierno no resalta tanto los encantos de Marruecos, sobre todo porque puede llover en el norte. Si soportas bien el calor o si vas a la montaña, también puedes considerar ir entre mayo y septiembre.