
Deja a un lado el miedo y la angustia durante tu viaje por Mongolia, porque es un país muy pacífico. Los mongoles son un pueblo muy tolerante y poco dado a la violencia. Aun así, su carácter puede variar si beben alcohol (el gran mal que aqueja al país...).
¡Mongolia es, sin duda, uno de los países más seguros del mundo! Las mujeres que viajen solas no deben temer por su seguridad y los viajeros que se vayan a pasear dejando la tienda de campaña instalada no tienen que preocuparse por si les roban. Además, puedes entrar sin miedo en la yurta de un mongol si te invita.
Durante un viaje por Mongolia no debes temer de la población, ya que es en su mayoría pacifista. En realidad, a lo que sí deberás prestar atención es a no perderte por el país, porque las carreteras son prácticamente inexistentes y las posibilidades de toparte con un campamento de yurtas son casi nulas. Más vale preparar tu viaje para minimizar los imprevistos y evitar disparates. Además de la posibilidad de que te pierdas, es muy probable que te encuentres con animales (ej. lobos) porque los paisajes mongoles son muy salvajes.
Aun así, siempre pueden surgir cosas que nos hagan cambiar de planes. En la capital hay que estar muy atento porque hay muchos carteristas. En el mercado negro, en los autobuses y en los lugares turísticos, como el monasterio de Gandan, es donde debes ser más cuidadoso y evitar mostrar tus pertenencias.
Además, es recomendable que seas prudente cuando consumas alcohol en el país, especialmente vodka, muy popular en Mongolia. Desgraciadamente, cuando cayó la Unión Soviética, los soviéticos no se llevaron sus bebidas con ellos y el vodka se convirtió en moneda de cambio. Por eso es común encontrarte con borrachos, ¡y te aseguro que merece la pena evitarlos! Es fundamental que no pasees de noche por ciudades o pueblos. Es el momento del día en el que hay más borrachos. Además, las calles están desiertas y no muy bien iluminadas (incluso en la capital).
A pesar de todo, Mongolia es uno de los pocos países en los que no se suele desconfiar de las personas y por el que se puede viajar tranquilamente (aunque los propios mongoles te recomienden que estés atento ante las crecientes cifras de criminalidad).