
No volverás indemne de esta experiencia en la naturaleza única, de lo rica en tesoros tan variados como endémicos que es Nueva Zelanda.
Nueva Zelanda casi se parecería a nuestras costas gallegas, por sus temperaturas suaves y su clima oceánico... Pero sus luces todavía más espectaculares, más intensas, incomprensibles a veces, siempre inalcanzables, desconocidas, desconcertantes. Formada por tres islas principales (Isla Sur, Isla Norte y Stewart Island), ofrece una gran variedad de paisajes, entre fiordos, verdes prados, volcanes, playas de arena fina y violentas costas. Allí se encuentran numerosos parques nacionales y las nueve famosas Great Walks, las rutas de trekking más famosas de Nueva Zelanda, y que la mayoría de las veces tendrás que reservar con antelación.
El símbolo de Nueva Zelanda es el helecho. ¡El país cuenta con más de 1.200 variedades! No es posible dejar de hablar de bosques de hayas y de plantas con flores en la Isla Sur, ni del bush de la Isla Norte. Además de esas grandes familias, Nueva Zelanda es rica en árboles endémicos, como los milenarios kauris o el pohutukawa, también llamado árbol de Navidad por sus flores de un color rojo vivo que florecen en navidad, al principio del verano en el hemisferio sur. Víctima de la deforestación intensiva hace algunos decenios para aumentar la superficie de praderas, actualmente el país protege sus bosques. Cuando practicas senderismo, seguirás senderos ya definidos con el fin de conservar intacta la naturaleza que puedes admirar allí.
Para los amantes de las avec y los mamíferos marinos, estarán encantados. En cuanto a las aves, buscarás desesperadamente el emblema de Nueva Zelanda, el kiwi, ave nocturna con un largo pico, amenezado, pues es cazado por muchos depredadores como los didélfidos, los hurones, los gatos y los perros. A falta de poder observado fuera de los parques, fácilmente te podrás encontrar en tu camino el tui y su canto gutural, el temible weka, el grandioso albatros, el astuto kea o el cantarín korimako...
En lo que se refiere a los mamíferos marinos, estarás encantado durante tu viaje a Nueva Zelanda, entre las ballenas, los delfines, los pingüinos azules, los de ojos amarillos, los lobos marinos, las orcas, los leones marinos... y seguro que me olvido algunos. No hay adjetivo suficientemente fuerte para calificar Nueva Zelanda, hay que vivirla, ¡tienes que visitarla!