Después de la agitación de Queenstown, Wanaka parece ser una ciudad desierta. Sin embargo pronto se aprecia la calma y encanto del lugar. Se puede dejar el coche en el centro fácilmente, pasear a lo largo del lago y terminar con una copa o una comida en uno de los restaurantes con vistas.
Se ofrecen excursiones en barco, yo tengo debilidad por los Jet boat y su velocidad de vértigo. Pero son los alrededores los que vale la pena recorrer a pie, haciendo hermosas caminatas.
Si tan sólo cuentas con unas cuantas horas en Wanaka, te recomiendo el paseo que va hasta la cumbre del monte Roy y que ofrece unas vistas panorámicas del lago. Con más tiempo, acércate al Parque Nacional de Mont Aspiring y haz una caminta, la más larga y más conocida es la de Routeburn Track (2 a 4 horas).