Situada en el Northland, Bay of Islands es famosa por sus playas, lo que la convierte en un destino neozelandés muy apreciado durante el verano. La localidad de Pahia cuenta con muchos pequeños restaurantes y cafés, que instalan su terraza cuando se acerca el buen tiempo. El ambiente distendido es muy apreciable y rápidamente me sentí cómodo en esta atmósfera.
Una travesía en barco me llevó hasta Russell, localidad que ha conservado sus viejas casas coloniales y dispone de algunos museos, uno de los cuales expone arte maorí.
Varias rutas de senderismo que empiezan allí me permitieron descubrir los rincones de esta magnífica costa. El primero me guió hasta una bahía aislada, accesible con marea baja y que me ofreció una vista panorámica de la ciudad de Pahia. En el camino, tuve la suerte (y es poco según los lugareños...) de ver a un joven kiwi en busca de comida. Estos animales emblemáticos y endémicos de Nueva Zelanda que salen por la noche y que son muy difíciles de observar. ¡Una pareja neozelandesa también me dijo que yo había visto lo que 4,5 millones de lugares no habían visto!
La segunda ruta me llevó hasta Tapeka Point, una punta donde se levanta un faro. Desde allí, la vista de la costa era admirable.