Milford Sound es un lugar imprescindible en Nueva Zelanda, famoso por sus impresionantes fiordos.
Lo visité en dos ocasiones en invierno, los paisajes de Milford Sound varían según las condiciones meteorológicas. Sin embargo, ya sea que estén recubiertos de un fino manto de nieve o de un sol abrasador, los valles por los que hay que pasar para llegar al fiordo son maravillosos, y esas imágenes permanecen grabadas en mi memoria.
Antes de llegar al puerto desde el que salen los cruceros, el recorrido tiene muchas paradas como la del "Mirror Lake", o el lago del espejo, en el que se reflejan perfectamente las montañas circundantes. Un poco más lejos, una parada en "Fresh Water Stream" te dará la posibilidad de llenar tus botellas con un agua pura y fresca, mientras descubres al loro silvestre de la región: el kea. Presta atención a las juntas de tu coche, ya que a estos animalitos les encanta arrancarlas.
Por último, al llegar a Milford sound, antes de regresar al crucero de dos horas que había reservado por el fiordo, disfruté de un picnic para observar el "Mitre Peak", el acantilado más alto que se hunde en el mar y domina en medio del agua. Por el camino hacia el mar de Tasmania, la excursión en barco me permitió descubrir las cascadas naturales, así como la fauna que puebla ese canal (delfines, focas y pingüinos).
Para descubrir Milford Sound, súbete a uno de los barcos que recorren el fiordo hasta el mar de Tasmania. El punto culminante de este crucero para mí llegó cuando nos aproximamos muy cerca a la impresionante Stirling Falls, una cascada que desemboca directamente en el mar.
Para evitar las multitudes de turistas, en general es recomendable hacer el crucero al final o al comienzo del día. Sin embargo, si el cielo está despejado, no esperes para embarcarte. El tiempo puede cambiar rápidamente en la región, la más lluviosa del país.
Si eres un aficionado al senderismo, planea quedarte varios días por la región. Milford Sound es el punto de llegada a Milford Track, un impresionante recorrido de cuatro días que se suele presentar como una de las caminatas más hermosas del mundo. La región de Fiordland alberga también otros dos "great walks" neozelandeses: el Kepler Track y el Routeburn Track. Recuerda reservar tu alojamiento con antelación.
Si cuentas con poco tiempo, también podrás hacer bonitas caminatas de un día. Te recomiendo la que va hasta Key Summit, y que ofrece un panorama espectacular de las montañas. La caminta que llega hasta Gertrude Saddle permite disfrutar de un mirador fantástico de los fiordos. Debido al clima impredecible, lamentablemente no tuve la oportunidad de hacerla, uno de los pesares de mi viaje.