Tatai es para mí el último lugar aun conservado de Camboya: es posible ir a practicar senderismo en la selva de Cardomomo o en los manglares para contemplar la fauna y la flora.
En el sitio se encuentran varios hoteles sobre el agua que son auténticos remansos de paz. Aquellos en los que pude dormir son lugares fantásticos, entornos hermosos para familias de aventureros, pero sobre todo, lugares muy románticos, ideales para un viaje de novios.
Además de disfrutar de la naturaleza y pasear por el río, no hay mucho más que se puede hacer en el mismo Tatai: así que aprovecha para ir a Chi Phat, a 30 minutos de Tatai, para pasar algunos días en esta comunidad única.
Lo que hicimos al llegar desde la capital fue saltar sobre un pequeño scooter y montar durante una hora, dirección la cascada Tatai, haciendo un slalom entre los hoyos, pasando por zonas de arena y luego dejando nuestro pequeño vehículo de dos ruedas (a cambio de dos dólares y un recibo, ¡ya que somos gente de bien!) Luego nos internamos en el bosque y, al cabo de dos kilómetros, hallamos un hermoso río y varias charcas en distintos niveles que se nos ofrecían para mojar las piernas y, al final, todo el cuerpo.
Nos encontrábamos solas en un ambiente salvaje y libre de ruidos humanos, infectado por mosquitos y deliciosamente fresco. Un mero apunte: al final el periodo del monzón no es para tanto, punto que hay que tener muy en cuenta en unas vacaciones por Camboya.