La riqueza arquitectónica de este lugar es fruto de la fuerte actividad bancaria que tuvo la ciudad en el siglo XIX y representa un símbolo del poder de las grandes familias del pasado. Ejemplo de ello son la majestuosa Residencia de los Wang o las viviendas de los nobles construidas al lado de los templos. Podrás hacerte una idea de cómo era la vida cotidiana de la época, sus costumbres y rituales y compararlo con la forma de vida de los chinos actuales.
Las calles están llenas de vida y los pequeños negocios se mantienen a flote. Quienes viajen buscando autenticidad, disfrutarán al ver a los vendedores ambulantes de huevos o a la gente jugando al mahjong en la calle.
Un patrimonio de gran belleza, testimonio de una época pasada
Si solo piensas estar unas horas en Pingyao, te recomiendo que optes por dar un paseo por los adarves de la muralla, así podrás ver toda la ciudad desde las alturas. Se trata de la muralla más antigua y con más metros de longitud de toda China. Construida en 1370, mide entre 6 y 10 metros de altura y cuenta con 6 puertas y 4 torretas. Es por ello que se trata de uno de los monumentos más importantes de la historia china. Imagina la mano de obra y los trabajos que fueron necesarios para construir una obra de tal calibre en aquella época...
Tras recorrer la muralla, podrás descubrir las maravillas arquitectónicas de la ciudad. Mis lugares preferidos: el Salón de los Diez Mil Budas (Wanfo), en el Templo de Zhenguo y el Tempo de Confucio. ¡Para disfrutar al máximo de la ciudad, lo mejor es perderse por sus calles y callejones (pero cuidado con las motos y las bicicletas)!
Yo, lamentablemente, estuve menos de 2 días en la ciudad. Tras haber visitado la ciudad de Pingyao y sus monumentos, aprovecha el día siguiente para conocer la Residencia de los Wang, una cita ineludible. ¡Situada a 35 km de Pingyao (se puede llegar en autobús), es la más grande de Shanxi! Imagínate: 123 patios y 1118 habitaciones... Construida a mediados del siglo XVIII, su tamaño es el equivalente a la tercera parte de la superficie de la Ciudad Prohibida de Pekín. ¡Ahí es nada!
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Rien de mieux qu'un tour sur les remparts pour découvrir Pingyao @flickr cc Álvaro Verdoy
Una ciudad en constante cambio
Las murallas son un lugar ideal para observar el trazado de la ciudad. La organización de Pingyao estaba calculada al milímetro, como no podía ser de otra manera conociendo la rigurosidad con la que se han llevado a cabo siempre todos los proyectos en China. La ciudad es cuadrada. Con un plano en damero, todas sus calles se cruzan perpendicularmente formando ángulos rectos. Es tan sencillo como desconcertante...
En las 225 hectáreas que tiene la ciudad, el visitante podrá admirar las huellas de la riqueza y la prosperidad que se vivió durante más de un siglo, entre 1800 y 1900, cuando Pingyao era la capital financiera del país. ¡En aquella época, la posición social de los comerciantes de la ciudad era superior incluso a la de los discípulos del emperador! Como dato, decir que este fue el lugar donde se fundó el primer banco chino.
Actualmente la ciudad es muy turística, pero ha sabido conservar su encanto y su prestigio. Además, te recomiendo que eches un vistazo a sus numerosas tiendas de artesanía. Son las mejores tiendas para comprar souvenirs.
