Eslovaquia es a menudo infravalorada en relación a sus vecinos de la Europa del este. ¡Error! El país posee magníficos paisajes, hermosos monumentos y una gastronomía de la cual podemos disfrutar.
La capital, Bratislava, es una metrópoli que ha conocido un gran crecimiento estos últimos años. Numerosas compañías multinacionales se han implantado ahí, lo que ha disminuido la edad media de la población y dado gran dinamismo a la ciudad. Quizás el elemento más pintoresco y más conocido de Bratislava son sus estatuillas que encontramos sobre la marcha en nuestros paseos por la ciudad. El barrio de la ciudad vieja, Stare Mesto, es un conjunto encantador de callejas pavimentadas y de torres de vigilancia que nos dan la impresión de estar en la Edad Media. Esta impresión queda reforzada con la proximidad del castillo de Devin.
Cerca de Bratislava, encontrarás algunos lugares típicos que te harán descubrir la cultura eslovaca. Banská Štiavnica, por ejemplo, es una antigua aldea minera en la que encontramos también una pequeña iglesia erigida en la cima de una montaña y que ofrece vistas sublimes de la región. Destacamos también Nitra, una ciudad universitaria que posee un castillo espectacular. O incluso Piešťany, conocida por sus termas.
Más al este, te aconsejamos Spišská Nová Ves, que está situada al pie del parque nacional del Paraíso eslovaco o incluso Levoca, con sus hermosos monumentos y, sobre todo, su proximidad al castillo de Spis.
Al norte, podrás disfrutar de magníficas vistas del río Orava y de la ciudad de Zilina, con su castillo, sus balnearios y sus actividades de entretenimiento que te harán pasar un agradable momento.
Si te gustan los deportes de invierno, Eslovaquia posee el clima y las condiciones adecuadas para disfrutar de ellos. Hay estaciones de invierno en las que disfrutar sin gastar mucho dinero, como por ejemplo en Tatranska Lomnica, donde las vistas son exquisitas.