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Eslovaquia

Eslovaquia hoy en día: del pasado socialista a Europa

Los eslovacos son euro entusiastas: la transición al euro en 2009 fue muy bien vista, y ha tenido muchos efectos positivos. Sin embargo, la crisis del 2008 ha ralentizado mucho la economía. El gobierno ha sabido estabilizar y reducir bastante el déficit presupuestario del país, pero el paro alcanza al 14% de la población en 2015. Además, las grandes diferencias sociales siguen presentes en algunas regiones. No obstante, Eslovaquia disfruta de buenas relaciones con sus vecinos y pretende abrirse al mundo cada vez más.

Una situación política relativamente estable

Tras una época comunista y socialista de ambiente sofocante, Eslovaquia experimetna actualmente un régimen de democracia parlementaria. Es el primer ministro quien recibe el poder, el presidente tan sólo juega un papel representativo.

Tras la partición en 1993 con la actual República Checa, el primer ministro de la época fue Vladimír Mečiar. Manipulador y corrupto, lastró al país con el miedo y la presión que imponía (en los periodistas, y en el presidente) a gran escala con secuestros y restricciones a la libertad de expresión. Después del comunismo, llevó a cabo una gran privatización, pero fueron principalmente los amigos de Mečiar quienes se hacían con las empresas, ocasionando numerosos despidos. Así que alegría y prosperidad en la zona...

Todo ello cambió felizmente en 1998 cuando Mikuláš Dzurinda ganó las elecciones. A partir de entonces, Eslovaquia, señalado hasta entonces como "el agujero negro de Europa", comienza a adquirir el sobrenombre de "Tigre de Tatras": reforma tras reforma, ha logrado transformar el país, elevar rápidamente el nivel de vida, el disparar el crecimiento y el PIB ha alcanzado un máximo histórico. Consecuencias: la entrada en la UE en 2004, así como en la OTAN y la OCDE inmediatamente después.

Actualmente el primer ministro es Robert Fico. A pesar de los buenos avances bajo su dirección (la entrada en la zona euro entre otras), los escándalos y la corrupción han manchado su gobierno. Su posición en favor de Putin y contra los húngaros, le han jugado una mala pasada.

Eslovaquia y el turismo internacional, un enlace reciente.

La mayor parte de los turistas de la actualidad en Eslovaquia son sus vecinos: checos, polacos y alemanes. De hecho, el pequeño país de Eslovaquia es a menudo olvidado en los mapas de los viajeros internacionales, debido generalmente a un desconocimiento de su situación geográfica: muchos son los que pasan por Viena, pero pocos recuerdan que se encuentran a 1 hora de Bratislava - muy bien conectada por carretera, ferrocarril o ferry.

Eslovaquia cuenta sin embargo con importantes atractivos turísticos. Las autoridades soncada vez más conscientes de este potencial, y han emprendido una renovación de algunos lugares, como la ciudad de Levoča, o el sitio de Bardejov con sus antiguas iglesias de madera. Pero la mayor parte del presupuesto destinado al turismo suele ir dirigido a la capital y sus alrededores, que de golpe presenta una gran oferta turística bien adaptada.

La falta de comunicación alrededor del turismo es bastante grande, si bien este aspecto está comenzando a cambiar, el sitio oficial de la oficina de turismo se ha traducido actualmente a varios idiomas (inglés, alemán, húngaro, polaco y ruso).

Pero es sobre todo la parte oriental del país la que padece este retraso: el apoyo financiero a las actividades turísticas es muy insuficiente, lo que provoca muchas dificultades relacionadas con la rehabilitación del estado del patrimonio, en ocasiones algo deteriorado.

En el camino de Poprad

Lo mismo sucede con la región de los Tatras, al norte, emblema esencial de la identidad eslovaca: esta extensión ofrece una amplia variedad de actividades naturales, culturales y lúdicas, pero no hay ningún escaparate que dé una vision del conjunto de todas las actividades posibles..

Añadir a esto que las infraestructuras de transportes dejan qué desear, con una red ferroviaria poco desarrollada y a veces ruinosa. El aeropuerto de Košice es internacional, pero el de Poprad parece un poco pequeño en relación a su potencial. Y es una pena porque la parte oriental de este país es realmente notable.

Marlène Viardot
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