La Calzada del Gigante es, sencillamente, mágica. No te dejarás de preguntar cómo es posible que exista aquello. Por mucho que intentes entender las explicaciones científicas de esas «formaciones volcánicas constituidas por 40.000 columnas con una forma hexagonal casi perfecta», no podrás creer lo que ven tus ojos. Me recordó la insignificancia del ser humano frente a la grandeza de la naturaleza. Recomiendo encarecidamente este lugar, que, para mí es de visita obligada en Irlanda.
La cultura irlandesa es rica en leyendas, y, por supuesto, este sitio también tiene la suya. La historia cuenta que había dos gigantes, uno en Irlanda y otro en Escocia, que no dejaban de pelearse. Un día, el irlandés quiso poner fin a aquellos conflictos con un duelo. Para llegar a donde estaba su rival y enfrentarse a él, construyó una calzada que unía Irlanda con Escocia. Sin embargo, el duelo nunca tuvo lugar, porque con esta argucia el gigante irlandés consiguió asustar al escocés. Este último se detractó y destruyó parte de la calzada.
El nombre «la Calzada del Gigante» hace referencia a esta historia. Durante tu viaje por Irlanda, párate a escuchar las numerosas leyendas de la isla, porque te ayudarán a comprender mejor la cultura y el folclore de este magnífico país.
La Calzada de los Gigantes me pareció un poco misteriosa, porque la formación de columnas de formas hexagonales parece demasiado perfecta para ser natural. Cada piedra parece haber sido tallada a mano, convirtiéndola en algo excepcional. Sin embargo, es, en realidad, el resultado de una erupción volcánica de hace alrededor de 40 millones de años.
Hay otros aspectos que pueden hacer que este paisaje sea aún más impresionante, como las olas rompiendo sobre las rocas. Aunque, a veces, el clima puede estropear el paisaje, hay que admitir que un mar agitado aumenta enormemente la belleza del lugar y el tiempo que pasé haciendo fotos con mi cámara fue más que agradable.
Los más valientes pueden dar una vuelta para ver el lugar íntegramente y descubrir, así, cada una de las columnas de basalto.
Según la leyenda, la Calzada de los Gigantes servía de paso entre Irlanda del norte y Escocia a los gigantes que habían tomado esa ruta para cruzar entre los dos países.