"La Dominación de Oriente": este es el sobrenombre que se ha dado a Vladivostok, condenada desde su comienzo a arrastrar a Rusia hacia el Oriente. Es probable que desembarques allí en la estación terminal del Transiberiano, como muchos visitantes; sino, podrás llegar en avión, aunque lo mejor sería entrar en barco, ya que Vladivostok es un puerto por excelencia. Barcos de pesca, una brisa gélida que procede del Gran Norte, cargamentos de madera desembarcados de Sakhaline, buques mercantes procedentes de China o Japón, e incluso América, pescadores alineados junto al muelle, turistas asiáticos, occidentales perdidos a la salida del tren... El ambiente colorido del puerto de Vladivostok es único, y sin embargo, totalmente ruso. Porque es el extremo oriental y el Gran Norte los que se concentran en las calles y que podríamos encontrar en Moscú o San Petesburgo.
Una efervescencia incipiente
Al llegar al puerto de Vladivostok, tal vez te parezca que un soplo juvenil ha pasado por los muelles, aceras y calles adyacentes. Porque tras haber pasado por un "sueño" ruso durante la época imperial, desembocó de nuevo en el mundo chino-japonés, al término de la conquista de Siberia, Vladivostok se convirtió en un callejón sin salida. Puerto militar cerrado, prohibido a los extranjeros durante la época soviética, sufrió la peor parte del colapso de la industria armamentística de los años 1990 y se sumergió en la delincuencia.
Pero con el empuje de Putin sobre la "nueva Rusia", se inició una reconstrucción a gran escala en los años 2000... Allí han brotado torres de cristal entre los colosos soviéticos, y el Puente del Cuerno de Oro, un puente futurista, que une las dos orillas, mientras que el Golden Gate Bridge ruso, inaugurado en 2012 quiere creer en un San Francisco ruso. Bares y restaurantes, discotecas de moda y ambiente festivo, han reemplazado a las siniestras chozas de marineros, y los turistas chinos, japoneses y coreanos se acercan por aquí para explorar este nuevo destino tan cercano, que ayer estaba tan lejos. La animación constante, la mezcla de géneros, barcos soviéticos oxidados junto a las nuevas infraestructuras, palparás el ambiente de una auténtica expansión.
Puerto libre de Vladivostok
Desde el 12 de octubre de 2015, Vladivostok ha reanudado su tradición de puerto libre, que había mantenido hasta 1909. Este estatus, que facilita el comercio, elimina los impuestos de las mercancías, facilita el almacenamiento, y tiene como objetivo dar un impulso al puerto. Este año, empresarios de todas partes se han acercado aquí a este puerto que había experimentado un desorden total. El astillero, mezcla permanente de lo viejo y lo renovado, es una experiencia en sí misma para mezclarse en este caos. En el puerto libre de Vladivostok, verás de cerca la transformación de un espacio económico que cambia la cultura a gran velocidad. En Vladivostok podrás disfrutar del Borchtch y Pelmenis como en ningún otro lugar de Rusia, aunque también podrás probar los mejores sushis del país, y tendrás la oportunidad de sentir el surgimiento de un nuevo rostro en el noreste de Asia.
