Rusia es el país más grande del mundo. Te resultará fácil encontrar algo que ver y hacer. Pero si uno está buscando un lugar totalmente natural donde disfrutar del ecoturismo, las opciones no son tantas. En el noroeste, una repúblca rusa cuenta con todos los atractivos para convertirse en el destino favorito de los viajeros responsables, tanto en verano como en invierno: Karelia.
Junta con el Louvre o el British Museum, el Hermitage de San Petersburgo forma parte de los grandes museos del mundo. Fastuoso palacio neoclásico deseado por Pedro el Grande, acoge una impresionante colección de pinturas. Puesto que exhibe las obras más bellas del arte europeo, este imprescindible puede retenerte durante varios días.
Con su clima subtropical, sus playas y sus bellos paisajes de montaña, la costa del Mar Negro es perfecta para unas vacaciones de playa en un ambiente exótico. Con sus datchas y su animación, Sochi es la estación spa del Mar Negro por excelencia en la "Riviera rusa", cerca de las pistas de esquí de Krasnaya Polyana. Aunque va a gustos; hay quien prefiere la más popular Adler.
Moscú está construida en el corazón de la Rusia histórica. A su alrededor, príncipes, duques y zares han edificado sus suntuosos palacios, y la Iglesia Ortodoxa ha erigido impresionantes monasterios. Entre Moscú y las ciudades del Anillo de oro, podrás realizar excursiones fascinantes en busca del patrimonio histórico de Rusia.
El Kremlin es el centro histórico del poder ruso y una visita ineludible de Moscú. Si bien la capital se ha visto afectada por los constantes cambios de dirigente, el palacio de los zares ha sido el lugar de residencia de los dirigentes del país durante todos los regímenes y es una combinación de historia y patrimonio. De la Plaza de la catedral al palacio de las Armaduras podrás recorrer las cumbres del país.
La Rusia imperial, una vez conquistado el Cáucaso, se vio enseguida seducida por la calidad del clima y de las aguas de sus llanuras. Se fundaron prestigiosas ciudades termales donde las altas esferas acudían en busca de una cura. Esta tradición, que perduró durante el periodo soviético, se halla aún presente en el Krai de Stávropol, así como en Piatigorsk, Kislovodsk, Zheleznovodsk y Yessentukí: agradables ciudades que se alzan en enclaves privilegiados.
Madja, Pezmog, Niobdino...lugares que nadie conoce. Estos pueblos al pie de los montes Urales son desconocidos y al parecer carecen de interés. Sin embargo es en lugares como estos en los que el viajero vivirá momentos inolvidables y descubrirá la auténtica cultura rusa.
Puerto ruso en el Pacífico, Vladivostok es una fascinante ciudad portuaria. Su puerto, en pleno auge tras haber conocido el fin de la Guerra Fría, cuando funcionaba como zona militar, tiene un ambiente excitante y cosmopolita: efervescencia, placeres festivos, constante transformación... Imagen de contrastes que se combinan entre un pasado oxidado y una apasionante modernidad.
El mayor lago de Europa y el segundo de Rusia ofrece majestuosos paisajes nórdicos, formados por costas rocosas, bosques de connniferas tanto densos como despejados. Con potentes luces, tan nórdicas, espacios naturales de una gran serenidad y la ausencia de cualquier aglomeración en las orillas a pesar de la proximidad de San Petersburgo, el lago Ladoga es un marco encantador para una estancia.